Esta tercera entrega de Hackers es la peor, pero además con diferencia.
El guionista se olvida por completo de darle cualquier tipo de interés a la trama, y se centra en un discurso (que reitera una y otra vez durante la interminable cinta) sobre el monopolio, la liberación del código fuente, las posiciones dominantes de las grandes compañías informáticas, utilizando como vehículo una historieta de asesinatos y poder trilladísima, sin contar con los interminables tópicos cargantes sobre los informáticos.
Es aburrida, no tiene interés y el psuedo-Bill Gates versión maligno interpretado por Robbins no está nada bien. Es como un telefilme pero con un tema candente como es la industria informática de fondo, a ver si así vende....Mala.
Me gustaría saber que opinión le merece a Richard Stallman (gurú del código libre)...y a Bill Gates ya que estamos (gurú del rollo prosikito, todo para mí).