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Voto de seagal4ever:
7
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6,8
96.247
Drama
Una noche de otoño del año 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), alumno de Harvard y genio de la programación, se sienta delante de su ordenador y empieza a desarrollar una nueva idea: TheFacebook. Lo que comenzó en la habitación de un colegio mayor pronto se convirtió en una revolucionaria red social. Seis años y 500 millones de amigos después, Zuckerberg es el billonario más joven de la historia. Pero a este joven emprendedor el ... [+]
25 de octubre de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que el título resume perfectamente la impresión con la que salí del cine. Pero si estamos aquí es para intentar matizar un poco las cosas, así que vamos allá, aunque lo que finalmente consiga sea liar un poco más el asunto y enturbiar la claridad de la que hace gala el título de la crítica.
No estaría de más comenzar señalando que el hecho de que la práctica totalidad de las críticas que había leído en periódicos y diferentes medios online pusieran a este nuevo filme de Fincher como una obra maestral intemporal no es algo que suela generarme confianza: más bien al contrario. Y pese a parecer una reacción paradójica, creo que a la mayoría de nosotros nos sucede lo mismo. ¿O me equivoco?
Que todo el mundo diga que tal película es una obra maestra lo único que provoca en mí es un cierto recelo. Y quizás sea ése el motivo por el que fui al cine especialmente crítico y alerta a todo lo que sucedía; lo cual no quiere decir que fuera con la intención de rechazar todo lo que viera porque ni es el caso, ni merecería entonces la pena ir al cine a ver una película con el ánimo de que te vaya a disgustar seguro, máxime cuando además mi economía de guerra me obliga a ser bastante selectivo en cuanto a la elección de los filmes que quiero ver en la gran pantalla. Simplemente estuve más alerta de lo normal. Nada más. Ni menos.
Tras haber visto el tráiler y saber quiénes eran los principales responsables del filme, en mi mente me había creado una imagen bastante nítida de lo que creía que me iba a encontrar. Y no fallé. Sorkin, Fincher, Treznor... Sabía lo que podía esperarme de cada uno de ellos, y todos me ofrecieron lo que sospechaba. El filme fue tal y como esperaba, y pude por fin comprobar lo que ya intuía: que los críticos habían ensalzado injustificadamente una película que, en el mejor de los casos, era simplemente buena.
Comencemos por el guión. Un nombre propio: Aaron Sorkin. Poco que añadir al respecto. Cualquiera que haya visto un capítulo de "El Ala Oeste de la Casa Blanca" conocerá como se las gasta el amigo. Básicamente en "La Red Social" mantiene su registro de siempre en lo que a diálogos se refiere: mordaces, vertiginosos, precisos...
No estaría de más comenzar señalando que el hecho de que la práctica totalidad de las críticas que había leído en periódicos y diferentes medios online pusieran a este nuevo filme de Fincher como una obra maestral intemporal no es algo que suela generarme confianza: más bien al contrario. Y pese a parecer una reacción paradójica, creo que a la mayoría de nosotros nos sucede lo mismo. ¿O me equivoco?
Que todo el mundo diga que tal película es una obra maestra lo único que provoca en mí es un cierto recelo. Y quizás sea ése el motivo por el que fui al cine especialmente crítico y alerta a todo lo que sucedía; lo cual no quiere decir que fuera con la intención de rechazar todo lo que viera porque ni es el caso, ni merecería entonces la pena ir al cine a ver una película con el ánimo de que te vaya a disgustar seguro, máxime cuando además mi economía de guerra me obliga a ser bastante selectivo en cuanto a la elección de los filmes que quiero ver en la gran pantalla. Simplemente estuve más alerta de lo normal. Nada más. Ni menos.
Tras haber visto el tráiler y saber quiénes eran los principales responsables del filme, en mi mente me había creado una imagen bastante nítida de lo que creía que me iba a encontrar. Y no fallé. Sorkin, Fincher, Treznor... Sabía lo que podía esperarme de cada uno de ellos, y todos me ofrecieron lo que sospechaba. El filme fue tal y como esperaba, y pude por fin comprobar lo que ya intuía: que los críticos habían ensalzado injustificadamente una película que, en el mejor de los casos, era simplemente buena.
Comencemos por el guión. Un nombre propio: Aaron Sorkin. Poco que añadir al respecto. Cualquiera que haya visto un capítulo de "El Ala Oeste de la Casa Blanca" conocerá como se las gasta el amigo. Básicamente en "La Red Social" mantiene su registro de siempre en lo que a diálogos se refiere: mordaces, vertiginosos, precisos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sí, pero no todo el monte es orégano: son unos diálogos tan sumamente falsos y artificiosos que no logran cercanía alguna con el espectador, más bien al contrario, nos alejan de la trama. ¿Por qué todos los personajes hablan como si fueran los putos amos, con una palabrería tan pretenciosa y con frases lapidarias que son respondidas por el interlocutor pertinente en menos de una milésima de segundo con otra sentencia aún más ingeniosa y mordaz que la anterior? Lo siento, pero si bien en algunos momentos se agradece, el plagar el filme de este tipo de diálogos carga bastante y resta verosimilitud a toda la propuesta. La gente no habla así en el mundo real. Pero es Sorkin, y ya sabíamos a lo que íbamos: "El Ala Oeste de la Casa Blanca" es exactamente igual. Todos son los putos amos. Pues me parece muy bien, pero en el mundo real no hay tantos putos amos, creo yo, vamos.
Respecto a la estructura narrativa del filme diré que resulta interesante, pero nada novedosa y original. Se van rememorando los acontecimiento a través de la celebración del juicio que enfrenta a los principales responsables de la creación de la página web. Un punto a favor, pues otorga un buen ritmo al guión y ofrece una encomiable fluidez que logra que las dos horas de metraje se pasen volando.
Vamos a por Fincher. Extraordinaria dirección, de verdad. Muy clasicista dicen algunos. A mí no me ha parecido clásica para nada. Lo que sí me ha parecido es portentosa en el sentido de que imprime un ritmo visual al guión sin parangón. Sin grandes florituras, pero con una solvencia pasmosa, Fincher da un recital tras las cámaras. Apenas hay una par de idas de bola a nivel visual (geniales, por supuesto), pero el sabor de boca que le queda a uno es inmejorable. Magistral, como suele ser habitual en él.
Y llegamos al último eslabón de la cadena. Un eslabón, me atrevería a decir, fundamental para el resultado final de la cinta: la soberbia banda sonora compuesta por Trent Reznor, líder de la mítica banda de rock industrial Nine Inch Nails. Sin comentarios. Un despliegue brutal de atmósferas minimalistas y ambientales, salpicadas por leves pinceladas de elementos industriales y de trip-hop que logran manifestarse como un elemento esencial en la conjunción final de la película. El pegamento definitivo que da consistencia a la magnética y fría dirección de Fincher y a los inmutables diálogos de Sorkin.
Técnicamente nos encontramos ante un filme superior, pero tengo que insistir en que no hay nada nuevo bajo el sol. No encuentro originalidad alguna ni en el argumento ni en la forma, lo cual no es óbice para que ambos elementos podamos considerarlos como más que cumplidores. Los actores cumplen sin más. Todo cumple. Todo es correcto, incluso es bueno me atrevería a decir, pero ya está. Si buscamos tres pies al gato igual se los encontramos, pero no olvidemos que los gatos tienen cuatro patas. Pues bien, el mismo planteamiento se lo podemos aplicar a "La Red Social".
Respecto a la estructura narrativa del filme diré que resulta interesante, pero nada novedosa y original. Se van rememorando los acontecimiento a través de la celebración del juicio que enfrenta a los principales responsables de la creación de la página web. Un punto a favor, pues otorga un buen ritmo al guión y ofrece una encomiable fluidez que logra que las dos horas de metraje se pasen volando.
Vamos a por Fincher. Extraordinaria dirección, de verdad. Muy clasicista dicen algunos. A mí no me ha parecido clásica para nada. Lo que sí me ha parecido es portentosa en el sentido de que imprime un ritmo visual al guión sin parangón. Sin grandes florituras, pero con una solvencia pasmosa, Fincher da un recital tras las cámaras. Apenas hay una par de idas de bola a nivel visual (geniales, por supuesto), pero el sabor de boca que le queda a uno es inmejorable. Magistral, como suele ser habitual en él.
Y llegamos al último eslabón de la cadena. Un eslabón, me atrevería a decir, fundamental para el resultado final de la cinta: la soberbia banda sonora compuesta por Trent Reznor, líder de la mítica banda de rock industrial Nine Inch Nails. Sin comentarios. Un despliegue brutal de atmósferas minimalistas y ambientales, salpicadas por leves pinceladas de elementos industriales y de trip-hop que logran manifestarse como un elemento esencial en la conjunción final de la película. El pegamento definitivo que da consistencia a la magnética y fría dirección de Fincher y a los inmutables diálogos de Sorkin.
Técnicamente nos encontramos ante un filme superior, pero tengo que insistir en que no hay nada nuevo bajo el sol. No encuentro originalidad alguna ni en el argumento ni en la forma, lo cual no es óbice para que ambos elementos podamos considerarlos como más que cumplidores. Los actores cumplen sin más. Todo cumple. Todo es correcto, incluso es bueno me atrevería a decir, pero ya está. Si buscamos tres pies al gato igual se los encontramos, pero no olvidemos que los gatos tienen cuatro patas. Pues bien, el mismo planteamiento se lo podemos aplicar a "La Red Social".