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Voto de Francisco rodriguez fincas:
9
Drama. Comedia. Romance Una joven de familia acomodada lleva a casa, para presentárselo a sus padres, a su novio, un médico negro con el que tiene la intención de casarse. A pesar de ser personas de ideas liberales, sus padres se sienten muy confundidos, especialmente el padre, que teme que un matrimonio interracial no traiga más que problemas a su hija. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2008
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las elecciones americanas han sido hace un mes, por todos es conocida ya la victoria de un americano de orígenes keniatas. Ahora bien una vez visionada esta película afirmo que: si todos los votantes de la comunidad negra estadounidense la hubieran visto, habrían exclamado al unísono ¡¡Aleluya, el mensaje de nuestro mesías Sidney Poitier, se ha hecho realidad¡¡¡.
Puede resultar algo cómico, pero no se equivoquen, como si de una profecía se tratara, en uno de los dialógos del film, Matt Drayton (Spencer Tracy) y el Doctor Jonh Prentice (Sidney Poitier), mantienen la siguiente conversación:

S. T:-¿Doctor ha pensado en el problema que se les va a plantear a sus hijos?

S. P:-Si se enfrentarán con varios, pero queremos tener hijos, de otro modo no sé como lo llamaría usted pero eso no sería un matrimonio.

S. T:- ¿Es así como piensa Joey?

S. P:- Ella piensa que alguno de nuestros hijos será presidente de los EE.UU, y que se rodeará de colaboradores negros.

Ostia¡¡, pues si resulta que se llama Barack Obama. Para quitarse el sombrero, con 40 años de antelación,y tras el convulso asesinato de Malcom X, viene Stanley Kramer, y te dirige esta joya del cine, en la que los idealismos se convierten en realidad, y donde sin lugar a dudas, como diría B. Dylan: The times have changes.Con una estética y vestuarios deudores del pop de los 60. Gira en torno a un matrimonio de convicciones liberales y la opción de su hija de casarse con su novio, un médico de raza negra.Es ahí donde reside el interés de esta trama, reducido a dos palabras: valores liberales.
¿Por qué digo esto?, muy sencillo. Como si de un castillo de naipes se tratará, Matt Drayton,adaliz de la lucha por la igualdad, ve temblar sus cimientos cuando comparte todo aquello que rechazó, así de claro, si a todo, pero en mi casa NO¡¡.
Testigos del choque de dos generaciones, tanto Dreyton,como el padre de Prentice o el personaje de la criada negra, no son más que víctimas de sus propias conciencias, y de un tiempo donde mandaba el color, una losa que la nuevas generaciones no tienen que cargar¡¡, espetaba Pretice a su padre, en un ataque de orgullo y valor.
Con una hija rebosante de ideales, y un monseñor, falto de ese proselitismo cristiano tan vacuo como moralizante, hace gala del sentido común y estimula un civismo, desde una visión global de la que quizás el propio mundo tiende a adolecer;La película te maneja, perfecta en cada uno de sus personajes, Spencer Tracy nos deleita con su última lección, y que decir de Katharine Hepburn, obteniendo su más que merecido Oscar.
Lo menos acertado: la perorata final, con toques machistas, pero bueno se adecúa a su época, y si no como dice mi amigo al que la tierra habla, compara las películas de Esteso y Pajares de los 70, con las de Tracy y Hepburn y "Adivina cual es la moderna".
¿Obra maestra? o ¿Maestra en una obra?. Yo si dudarlo digo: Obra maestra, y un 9 a la palestra¡¡¡.

Un saludo.
Francisco rodriguez fincas
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