Las cuatro primeras temporadas son excelsas.

La quinta ya es otra historia, no porque le falte calidad sino porque acostumbrados a la excelencia nos acostumbramos mal. La factura sigue siendo impecable, la producción, pero realmente no se qué han hecho para que me resulte, simplemente, aburrida. Sin interés. Serán los temas que trata esta última temporada ( un capítulo enterito dedicado a la vida de Al Fayed, en serio?, otro a un encuentro del antiguo novio de la princesa Margarita?) o tanta Diana por todos los sitios, que está hasta en la sopa, ( me parece un personaje al que se le dedica una tremenda atención pero es, realmente, muy poco interesante) o la elección de los actores que, si bien siendo buenísimos, no me convencen. Si bien Lesley Manville y Debicky, con ese aire de lechuguina torturada perpetua, lo bordan, en Imelda Staunton sigo viendo a la Dolores de Harry Potter, es inevitable. Tanto la elección de Jonathan Price como Felipe de Edimburgo, como su actuación, no me convencen. Le falta en ella ese brillo, esa vida, ese latiguillo que tenían los anteriores actores que lo representaban. En fin. buena serie en esta última temporada pero después de lo visto en las anteriores esperaba mucho más.

Y luego no deja de resultar un tanto cruel, injusto y de pésimo gusto tocar temas tan sensibles, con gente viva y activa hoy por hoy, y sin capacidad de defensa, ni de ellos mismos ni de sus padres recientisimamente fallecidos. Suena hasta a abuso.

Temporadas 1 a 4 les puse un 9. A la quinta la doy un 6 como mucho, es soporífera. A la sexta un 5 por la calidad de su producción.

En lo que respecta a la sexta, la crítica de la quinta temporada vale para la sexta, pero todavía más obscena y más vulgar. A veces el tiempo es importante que pase, por respeto, por buen gusto, por sensibilidad.