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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Intriga. Thriller. Drama Luther Whitney, un especialista en grandes robos, planea desvalijar la mansión de un magnate que se encuentra de vacaciones en el Caribe. Sin embargo, una vez dentro, es testigo involuntario de un asesinato que involucra al Presidente de Estados Unidos, a su jefe de gabinete y a dos agentes del Servicio Secreto. Pero, ¿a quién puede recurrir un criminal para acusar de asesinato a alguien relacionado con la Casa Blanca? (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2024
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Un hombre ya mayor, anciano, dibuja magistralmente en su cuaderno un fragmento de una pintura del maestro Domenico Theotocopoulos, El Greco, expuesta en un famoso museo. Se trata de un fraile que mira una luz que cae desde lo alto.
Según los entendidos, su especialidad son las figuras religiosas manieristas, extraordinariamente alargadas, con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, situadas en ambientes indefinidos y con una gama de colores que busca los contrastes.
Algo de todo esto tiene la personalidad de Luther Whitney (Eastwood), un ladrón de guante blanquísimo, de casi dos metros de alto, figura estilizada, solitario, pero sobre todo fantasmal por su capacidad para aparecer y desaparecer silenciosamente sin dejar rastro. Un espíritu que roba. Que roba por amor al arte.
Género policial, subgénero presidencial.
A diferencia de lo que suele ocurrir en el subgénero, en este caso tenemos un presidente de EEUU, Allen Richmond (Hackman), que no está a la altura del poder absoluto que maneja. Más bien es hedor absoluto el que desprende.
Significativa la visita al Hotel Watergate.
Extraordinario guion que mantiene el suspense pese a que conocemos a los culpables desde el primer minuto.
Suspense, pesquisas, ritmo vivo e intriga. Buenos personajes y excelentes interpretaciones.
A destacar la escena inicial del reservado del espejo, o el diálogo entre el inspector Seth Frank (Harris) y el ladrón en el museo, "El mañana no está asegurado para nadie".
Flojea algo el personaje de la hija (Linney) y sobre todo el precipitado romance que parece iniciar con el policía, "¿Te he dicho que vivo solo?".
¿Qué es inverosímil que un presidente americano se comporte como este Richmond? Tan inverosímil como resulta el comportamiento heroico de sus colegas en todos las demás cintas del subgénero presidencial.
Una buena película y un buen personaje este Domenico Eastwood o Clint Theotocopoulos. Como prefieran.
Lafuente Estefanía
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