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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Western. Acción. Bélico Dos tenientes recién graduados son enviados a un regimiento de Caballería de Kansas. En los años previos a la Guerra de Secesión (1861-1865), los esfuerzos del abolicionista John Brown (1800-1859) para acabar con la esclavitud incrementaron las tensiones entre el Norte y el Sur, teniendo que llegar a intervenir el ejército para frenar sus acciones. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en West Point en la entrega de despachos a los cadetes de la promoción de 1854. Todo es amistad y camaradería entre los futuros oficiales.
Todo no, en un aparte Carl Rader (Heflin) lee un incendiario manifiesto antiesclavista de John Brown (Massey), en el que aboga por el empleo de la violencia en los estados del Sur para acabar con la esclavitud, mientras se dirige con malos modos al cadete virginiano Jeb Stuart (Flynn). La mediación de su amigo George Custer (Reagan) no consigue evitar que la pelea se generalice entre los jóvenes.
"No hay ninguna norma que impida a un cadete tener sus propias ideas", acepta el Director, pero no deben defenderlas a puñetazos. Recibidos los despachos son destinados a Fort Leavenworth como castigo. Es la última estación de ferrocarril en el camino de Santa Fe, para seguir adelante hay ya que recurrir al "puro nervio" de las caballerías y caravanas de Cyrus Holliday (O'Neill), cuya hija Kit Carson (havilland) se disputan Jeb y George. "Dios se baja del tren en Leavenworth y Cyrus Holliday te lleva al diablo".
La tarea de los jóvenes tenientes consistirá en proteger la continuación de la vía férrea hasta Kansas y Nuevo México, manteniendo a raya la insurrección armada de Brown y de sus numerosos seguidores.
Buena película que cuenta con un sólido guion aunque, al parecer, poco escrupuloso con la historia. Brown fue, en efecto, un fanático religioso que no duda en usar la violencia para acabar con la esclavitud, "El Señor es un hombre de guerra", pero en la cinta su intolerancia se muestra excesivamente caricaturizada. Un hombre que no duda en ofrecer la vida de sus propios hijos por la causa, al modo de David y de su hijo Absalón, que rechaza todo tipo de normas, "Nosotros solo reconocemos la ley de Dios". Pero tampoco hay que olvidar la justicia de sus pretensiones abolicionistas.
En cualquier caso, para la historia de EEUU Brown fue un hombre polémico. Un mártir heroico y visionario para unos, para otros un loco terrorista que ayudó a desencadenar la guerra de Secesión.
Magistral dirección de Curtiz con personajes bien delineados, acción continua que mezcla amistad, compañerismo, lealtad, galanteo, heroísmo, traición, cobardía, fanatismo y grandes dosis de violenta. Con los inevitables toques románticos y humorísticos en el momento justo, "Kansas está bien para hombres y perros, pero es dura para las mujeres y los caballos".
Magnífica fotografía, grandes paisajes, cabalgadas con espectaculares vuelcos de carretas o caídas de caballos. Ambientación impecable, bailes de gala, vestuario, recreación del mundo del ferrocarril, de los pueblos y tabernas.
Entre las mejores escenas queremos destacar la consulta a la hechicera india, aunque solo sea por el tremendo presagio que lanza y que no alcanzan a comprender los jóvenes oficiales.
Buenas interpretaciones de los principales protagonistas, digan lo que quieran los detractores de Reagan, especialmente Massey en el papel de Brown.
Desde luego, una notable película muy recomendable.
Lafuente Estefanía
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