Al menos en el western eso parece. Díganlo si no las baladas de Cable Hogue (1970), Buster Scruggs (2018) o esta de Lefty Brown que rezuman nostalgia por todos lados.
Para el diccionario de la RAE la balada es una canción popular de ritmo lento y asunto amoroso, que también puede ocuparse de leyendas y tradiciones con su nostalgia del tiempo pasado.
"Dos cabalgan juntos" desde hace cuarenta años. Edward (Fonda) es dueño de un buen rancho y acaba de ser nombrado ayudante del senador del nuevo estado de Montana. Un carrerón. Todo lo contrario de su inseparable Lefty (Pullman) al que parece faltarle un hervor en su simpleza.
El comienzo es sobrecogedor. Noche cerrada y tormentosa. Por cierto, ¿se han fijado cuánto llueve en el western moderno? Por dos miserables dólares en juego, Eddy no duda en ahorcar al tramposo. Es un hombre de principios.
Como exigen estos mismos principios, sale con su amigo en persecución de los cuatreros que le han robado tres caballos. Y la rectitud de Eddy se encuentra con un tiro en la cabeza.
Dos dólares y tres caballos, igual a dos muertos. De momento.
Y aquí está una de las principales fortalezas de la cinta, la descripción de los personajes. Listos o tontos, honestos o traidores, sí, pero claros, nítidos, sin doblez.
Una buena historia bien llevada al guion. "Una tragedia en tiempos de cambio". Otra vez la nostalgia.
Flojea sin embargo el ritmo. Hay altibajos, sobra parsimonia en los actores que dilatan las frases y se mueven con artificiosa dificultad. Resultado: ritmo a veces un tanto lento. ¡Cómo las baladas!
Excelente la ambientación y las interpretaciones. Un buen western.