Parece un poco el contrapunto de la novela de Twain "Un yanqui en la corte del rey Arturo". Una traslación en el tiempo y en el espacio. Desde el sosiego de la casa británica al tumulto de Quijada Rota (de ahí el título original), donde se hallan enfrentados los ranchos de Álamo Verde y de Roca Grande, con los indios merodeando por allí.
En ambos casos con las armas como excusa. Si en la novela el protagonista es el supervisor de una fábrica de armas de Connecticut poco dado al sentimentalismo, en la cinta Jonnathan Tibbs es el estólido socio de una fábrica de pistolas y escopetas que se ve en la tesitura de ir venderlas al violento Oeste americano.
Una de tantas mezclas de western, comedia y musical que no resulta del todo mal, gracias, sobre todo, a la imponente Kate (Mansfield).
Algunos golpes simpáticos del estilo de las "Fiestas de sogas a cuello", las consabidas alusiones a la flema británica con alguna velada crítica, "El Señor vela por los tontos y por los ingleses".
Buenas interpretaciones, especialmente del mayor Masters (Hull).
Rodada en Colmenar Viejo, nos ha parecido ver en las escenas fluviales el rodeno de la Virgen de la Hoz (Molina de Aragón) o de la zona de Albarracín.
Cinta simpática, para pasar el rato.