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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western. Drama En la localidad de Valverde (Texas) las opuestas personalidades de los hermanos Bishop (Dean Martin y James Stewart) chocan cuando ambos se ven obligados a unir sus fuerzas para escapar a una sentencia de muerte. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranque con escena de horca. Cinco bandidos en la cárcel bajo el mando de Dee Bishop (Martin), un sheriff (Kennedy) enamorado de María (Welch), una belleza despampanante, y un curioso verdugo que de riguroso negro viste un traje que le va pequeño, Mace (Stewart), luego sabremos que es el hermano mayor de Dee. Naturalmente salva a los reos que escapan perseguidos por el sheriff y una cuadrilla. Nadie sospecha de Mace y, al pasar frente al banco, se le ocurre algo que nunca ha hecho en su vida: robar. No encontrará más adelante otra justificación que la frase del título de la reseña.
Durante la huida los bandidos toman como rehén a María (por cierto, no se ensucia lo más mínimo su camisa blanca ni despeina en toda la película su larga melena). Esto convierte la persecución en la búsqueda de la amada por parte del sheriff. Interviene entonces un grupo de bandoleros mejicanos mientras la acción transcurre en un magnífico paisaje desértico y árido, con en correcto complemento musical. En los dos grupos que se forman, perseguidos y perseguidores, afloran las diferencias y también las afinidades, hasta llegar a un abandonado poblado mejicano, Salinas, donde asistimos a una magnífica conversación entre los hermanos Bishop, donde la ironía del mayor de ellos, Mace, muestra el camino sentimental a seguir por el impulsivo Dee, en un papel que recuerda un poco al que desarrolla en "Río Lobo". Diálogos amables que empiezan con un "-Te diré la verdad -Siempre empieza con esas palabras quien piensa mentir". A la que siguen frases harto desesperanzadas: "Es tarde para tener oportunidades", o "La gente respetable vive lejos de aquí". El resultado de la balacera final con los bandoleros confirmará estos pronósticos.
Nada a destacar en el terreno sanitario, como no sea el consejo que uno de los bandidos más sucios recibió de su padre sobre los buenos modales que prohíben escupir en la iglesia, rascarse delante de la madre y hurgarse la nariz.
En resumen, una película interesante en la que sobresale la interpretación general de todos, pero especialmente la fina ironía de los diálogos entre los hermanos Bishop.
Lafuente Estefanía
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