También valdría Open Costner para el título, pues estamos ante lo que consideramos una cinta de autor. Brillante, digna sucesora de "Bailando con lobos", ahora con un tema convencional que aborda el abuso de autoridad de los poderosos de un pueblo de frontera contra la novedad que llega de fuera, sea lo que sea. Tema recurrente en el western, sí, tratado antes por todos los grandes directores, también, pero que tampoco estos fueron sus inventores pues lo mamaron a su vez de los grandes pioneros del género. Hace mucho tiempo que se crearon estas leyendas que están en la historia de la colonización del Oeste.
Lo mismo que ocurrían en "Bailando", los paisajes, la fotografía, la música, la ambientación ... todo resulta impecable. Así como el análisis de la personalidad de todos los protagonistas, secundarios incluidos, o la delicadeza en el trato a los animales, los perros en este caso. Película que exalta los valores humanos, destacando la necesidad de mantener en todo momento un código moral de conducta incompatible con el engaño o con la falsedad: "La confianza de un hombre es algo valioso. No hay que perderla por un puñado de cartas", o "Hay cosas que corroen a un hombre más que la muerte".
A destacar entre los actores secundarios al Dr. Barlow (McDermott) que, asistido como enfermera por su hermana Sun (Bening), cura a los heridos de las numerosas peleas que se producen, costillas rotas, conmociones cerebrales o balazos. Cuenta con una clínica bien preparada, mesa de operaciones, cloroformo como anestésico y un buen arsenal quirúrgico. De pasada se cita la mortalidad que entonces producían las epidemias de tifus.
Cinta notable y bella a la que tal vez le sobre un poco el tono almibarado de la relación sentimental entre Charley (Costner) y Sun, relación que aplaude sin fisuras el viejo Boss (Duvall) deseoso de la felicidad de su amigo.