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Voto de Caldones2014:
10
Aventuras 1850. Jonathan Clark, el capitán de la goleta La peregrina de Salem, traslada desde Alaska a San Francisco un cargamento de valiosas pieles de foca. En el hotel en el que se aloja conoce y se enamora de la condesa rusa Marina Selanova, que trata de huir para evitar un matrimonio concertado por el zar con el pérfido príncipe Semyon. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para el que subscribe "El mundo en sus manos" es una de las mejores películas de aventuras de la historia del cine.
En el puerto del San Francisco del siglo XIX, unos marineros, entre ellos el Capitán Clark (Gregory Peck), caminan con paso decidido y embisten a otros dos marineros, uno de ellos les reprocha el embiste y el otro le dice: "Sabes quién es? ¡Es el hombre de Boston!". Este es el comienzo del film, a los pocos minutos, la propia acción ya describe a los personajes, nunca se detiene la narración para describirlos. Seguimos a los protagonistas hacia una taberna donde tienen secuestrada al resto de la tripulación. Este comienzo es insuperable, no hay diálogos y ni se necesitan, sólo pura narración. Equiparable, para mí, al comienzo de "Rio Bravo" de Hawks.
El argumento trata básicamente de la compra de Alaska a la Rusia de los zares por Estados Unidos. Los Rusos están en la ruina por la sobreexplotación en la caza de focas para comerciar con sus pieles en las islas del Mar de Bering. Aquí entran en conflicto la contraposición de dos civilizaciones la rusa zarista y la americana, una en declive y otra emergente. San Francisco es una ciudad que invita a la vida y San Petesburgo a la muerte, se dice explícitamente. Es el dilema entre "salvajismo/civilización", por un lado una forma de vida en una ciudad que está naciendo, tratan el linchamiento de un contable que desfalca dinero como un suceso normal y cotidiano, el desmadre final del baile en el hotel, la relación del Capitán Clark con "El Portugués" o con las mujeres "de vida alegre" y por otro lado, los rusos, una sociedad represiva, enclavada en normas y en miedos religiosos o militares. Todo este contraste se muestra en el film de una manera muy ligera y amena como si de una comedia se tratase.
El capitán Clark, alias "El hombre de Boston", no es un marinero como el resto, es un hombre de modales refinados, un caballero. Intuimos un pasado turbio, una especie de ángel caído de la alta sociedad de Nueva Inglaterra, de ahí su apodo. En un pasaje del film se dice que odia a la aristocracia rusa, sin embargo, sabe manejarse perfectamente entre la alta sociedad de San Francisco para conseguir la financiación de la compra de Alaska a los rusos en el baile del hotel. Como dice el personaje de John McIntire realmente no es un baile de diversión, se tratan de "Altas Finanzas". Este prodigio de guion es obra de Borden Chase, también autor de algunos de las mejores westerns de Anthony Mann y James Stewart, casi nada!
Todo esto sucede en la primera parte del film, después se decanta por la aventura en estado puro y hay que destacar por encima de todo la carrera de goletas entre la peregrina de Salem y la Santa Isabel maravillosamente filmada, como se juega con el sonido del viento, de las olas y la música.
La relación del capitán Clark con su barco, la peregrina, es de lo más genuina, con leimotiv musical incluido, de la que beben el capitán Kirk y el Enterprise o Han Solo y el Halcón milenario en el cine más contemporáneo heredero directo de estos clásicos.
Tampoco falta el fiel escudero del héroe, el personaje interpretado por el gran John McIntire, fascinante. Anthony Quinn, esta perfecto en el papel de "El portugués" un marino tramposo y trafuyero "roba tripulaciones" que aúlla en las noches de luna llena. Y por supuesto Gregory Peck, quizás unos de los mejores actores que haya dado el cine sin lugar a dudas. Una interpretación ajustada y perfecta sin aspavientos y sobreactuación. Ann Blyth y todos los secundarios están espléndidos. Y por supuesto Raoul Walsh, unos de los mejores directores de la historia del cine muchas veces menospreciado a causa de la famosa política de autor.
Finalmente recuerdo que la primera vez que vi esta película fue en "La clave" de José Luis Balbín en un programa dedicado a la ecología. Desde luego, la película tiene una lectura interesante desde el punto de vista ecológico acerca de la matanza indiscriminada de focas que hacían los rusos en las islas Pribilof.
Caldones2014
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