Penúltima temporada de la serie que está marcando una época en la que las novelas originales han quedado atrás y los guionistas han podido contar la historia con mayor libertad. Esto se traduce en un desarrollo de acontecimientos menos reflexivo donde los diálogos han perdido importancia, con una trama que ha avanzado más en estos siete capítulos que en las tres temporadas anteriores juntas, fijando de este modo los cimientos de la gran guerra que se avecina. El mayor beneficiado de todo esto ha sido el espectáculo y la acción constante, que han hecho de cada episodio un rutilante divertimento.

Por otro lado parece que prácticamente todos los personajes han encontrado su sitio y hasta han tenido su momento de gloria, aunque se nota que la mano mortífera de George R. R. Martin no está tan al acecho, ya que aún habiendo varias sorpresas de peso, no han arriesgado tanto como en ocasiones anteriores. Breve, intensa, con ciertas licencias narrativas, y sobre todo cargada de mucho hielo y fuego, esta séptima entrega de la lucha por el Trono de Hierro y por la supervivencia de los Siete Reinos nos ha entretenido y nos ha puesto los dientes largos por partes iguales.

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