La película me ha parecido una mezcla entre la serie “El prisionero” y la película “Blancanieves: Mirror mirror”, coqueteando con la estética de la fantasía oscura.

La historia de las jóvenes resulta intrigante, pero mantiene la sensación de que la prisión en la que están, disfrazada de terapia, responde a una situación social que no queda muy clara. Podemos suponer una ucronía con todo el asunto de los superiores y de los inferiores, pero pasa muy rápido sobre la vida de cada una.

Realmente, la sensación, en su particular estilo de drogas, sugestión mental, tan en la línea de la serie “The Prisioner”, es que cuenta demasiado poco y todo pasa muy rápido, desde una calma extraña, pero sientes la conexión profunda entre las jóvenes internadas en la isla.

Va perdiendo originalidad el enfoque a medida que avanza y otros asuntos interfieren en la relación con las protagonistas, pero, más o menos, mantiene el tipo. Quizá, la mirada a la problemática desde el cuento de hadas puede llegar a saturar cuando se alcanza la recta final y el misterio aporta nuevas reflexiones con demasiadas preguntas y alguna sorpresa.