“¡Canta!” me reconcilia con el estudio Illumination. Aunque lo voy a decir con la boca pequeña ya que los próximos proyectos del estudio no son muy esperanzadores de cara a proseguir la reconciliación.
El film de Garth Jennings & Christophe Lourdelet empieza como una anodina décimo tercera edición de Operación Triunfo y acaba como un estimulante Live Aid Wembley. Muy buenas vibraciones y valores los que transmite esta propuesta que, a grandes rasgos, se mira en el espejo de “Zootrópolis” (B. Howard & R. Moore, 2016), pero cambiando el factor thriller por el musical.
Buster Moon es el dueño de un teatro en horas bajas. Necesita urgentemente un espectáculo que le haga saldar deudas y que, de paso, le ponga en el centro del ojo público. Lugar que hace tiempo no pisa. Para ello decide organizar un concurso de talentos musicales al que puede presentarse cualquier ciudadano, con un jugoso premio como gancho. Pero lo que parece la solución a sus problemas es solamente el pistoletazo de salida a más problemas.
Así comienza “¡Canta!”, un film que deja bien claro no ser obra de un compendio de guionistas contratados por el estudio de turno, sino fruto de un solo tipo. Hablo del británico Garth Jennings, que convierte esta obra en su primera toma de contacto con la animación. Fruto de ello la cinta rehuye, en gran medida, las clásicas vías de la animación mainstream actual, cosa que se agradece.
Musicalmente “¡Canta!” funciona bastante bien sin necesidad de ponerse a crear temas propios, como hace Disney. La cinta tira de temas pop ya oídos, algunos quizás demasiado oídos para mi gusto, pero funciona.
En fin, recomiendo con ahínco “¡Canta!”.