¿Saben cuando, en hablando de cine, recurren a la expresión «película de transición»?... ¡Si, hombre! Seguro que saben de que hablo, les tengo por gente despierta. Vale, pues "Cincuenta sombras más oscuras" se mea, literalmente, en vuestras películas de transición. "Cincuenta sombras más oscuras" es la catedrática cum laude (expresión seguro me he inventado) y con honores de las cintas de transición. De hecho, durante los créditos finales sale un breve teaser de la siguiente entrega. Y es muy curioso, y dantesco, comprobar como en esos apenas quince segundos suceden más cosas que durante las casi dos horas del film de James Foley.
Si echan la vista atrás por un momento y recuperan el último párrafo de mi review sobre "Cincuenta sombras de Grey" (Sam Taylor-Johnson, 2015), comprobarán que no hace falta ser adivino para ver el futuro. Aquel film de 2015 terminará siendo una obra maestra en comparación con las dos secuelas que le van a suceder. Y la primera de ellas no me hace arrepentirme de tamaño vaticinio.
La lista de defectos de "Cincuenta sombras de Grey" no era pequeña, precisamente. Pues "Cincuenta sombras más oscuras" la mejora y aumenta. ¿Qué más se puede pedir?... Por orden de llegada, esta era la alineación titular de la de Sam Taylor-Johnson: resultaba forzada, no había química entre sus protagonistas, completamente vacía de contenido, un guion irrisorio como de comedia involuntaria, carente de tensión o intriga como thriller que pretendía ser, falta de erotismo como cinta erótica que era, y larga de narices. Pues a todo ello se le une el fichaje estrella de unos personajes que no son más estúpidos porque no quieren. Con semejante plantel, como para no ganar el triplete.
También es asombrosa la capacidad de "Cincuenta sombras más oscuras" para solucionar conflictos argumentales. Tan asombrosa como su incapacidad para crearlos. Lo que hace que resulte incongruente solucionar tan apresuradamente los pocos que hay.
Como si con todo eso no tuviera suficiente, resulta que aún me queda una tercera entrega. Con iguales o peores expectativas; dicho quede ahora mi vaticinio, cual clarividente. Si he de decir algo más sobre "Cincuenta sombras más oscuras" en particular y sobre la saga en general, es lo siguiente: ¡huid!