¿Por qué Jeremy Irons ha quedado encasillado en el papel de profesor madurito con clara tendencia por la chifladura?… "Tren de noche a Lisboa" es la segunda cinta que veo este año del actor, la primera fue "La correspondencia" (Giuseppe Tornatore, 2016), y la segunda en la que interpreta un papel similar. Por la cuenta que me trae creo que dejaré de ver pelis de Irons por este año.
"Tren de noche a Lisboa", producción europea de tintes internacionales basada en una novela homónima de Pascal Mercier, y un producto muy en la línea de la contemporánea suya "El médico" (Philipp Stölzl, 2013), aunque un escalón por encima, nos presenta a Raimond. Un profesor de latín hastiado de una monótona vida que cambiará de sopetón cuando salve a una joven de suicidarse. A raíz de ello este buen hombre se embarcará en un fortuito viaje para descubrir al autor de un libro que dejó olvidado la chica, junto con un billete de tren a Lisboa, y que le ha obsesionado desde entonces. Quien sabe si así, ya de paso, logre Raimond redescubrirse a si mismo.
Así desarrolla Bille August "Tren de noche a Lisboa". Un sosegado drama que, bajo la historia de ese aventurero profesor, oculta una interesante aunque falta de sal historia de amor, lealtad, traición e ideales durante la dictadura de Oliveira Salazar, reconstruyendo las desventuras de unos revolucionarios portugueses de la época. En el fondo es interesante lo narrado, y en mi caso hasta desconocido, pero es que a la obra le corre horchata por las venas. Hay mucha pasión en lo narrado pero cero en las imágenes que lo acompañan, y eso acaba condenando al film.
En definitiva, "Tren de noche a Lisboa" es una peli de tarde de alto standing.