Hará ya más de tres estaciones , viendo los Oscars a altas horas de la madrugada, y hablando con mi amigo Ramón Doval por teléfono, los dos nos quedamos profundamente sorprendidos con las imágenes de la película rusa que optaba al Oscar al mejor Film de Lengua extranjera. Eran unas imágenes bellas, planos generales con unos paisajes que recordaban a esas bastas llanuras con montañas salpicadas de agua en Braveheart. Batallas y monólogos que llamaban al interés de dos soñadores del cine que les encanta la épica. Habíamos perdido la esperanza de poder ver (legalmente) en un cine de nuestro pis este film. Pero 10 meses después tenemos en taquilla por fin esta Obra que relata la legendaria historia de uno de los conquistadores militares mas grandes de todos los tiempos. El gran Genghis Kan consagrado desde los más humildes y trágicos comienzos.
Muy equivocado he de estar, pero esta película esta basada más bien en un legendario poema que relata los origenes de Genghis Kan. La realización tiene una puesta en escena muy visual, con unas localizaciones maravillosas, que piden planos lentos y largos. Con un ritmo parsimonioso vamos avanzando en una historia que se muestra desde el lado poético y místico en vez del de la narrativa y épica pura.
Bien, es cierto que existen distintas batallas a lo largo del trascurso del film, y son muy buenas, pero las extensas secuencias de penumbra por las que pasa Genghis Kan… Y las copiosas elipsis donde se omiten la creación de su ejercito, la conquista de medio mundo… Hacen que esta película sea todo lo contrario a lo que he leído en críticas. No es un producto para vender en occidente, creado a imagen y semejanza de superproducciones americanas. Más bien es una superproducción del Este que muestra una leyenda contada al estilo de las leyendas clásicas de su lugar de origen.
Un estilo harto complicado..pues la narrativa goza de estructura, y toda estructura puede analizarse y teniendo técnica puede dominarse a pesar de la carencia de talento. Pero la poesía… la poesía es un nivel superior, ha de haber un gran talento que sepa hacer pesia con una película, y para mi gusto…Sergei Bondrov carece del talento suficiente para llegar a crearte una obra con poesía a través de las imágenes, como bien pueda hacerlo Terrence Malick (La delgada Línea Roja).
Los interpretes están todos correctos, muy orientales. Tadanobu Asano (Genghis Kan), que es Japones, como no; hace una buen papel pero interpreta exactamente igual que en “Zatoichi”.
Mongol dura dos horas y diez minutos , pero aparenta durar tres horas. No es una mala película, pero si peca de ir más allá de la adaptación cinematográfica. Una pena pues con otro ritmo, otras elipsis y otra realización, que no realizador, podríamos estar ante una muy buena película. Pues la historia , desde el punto de vista que nos muestran deja a Genghis Kan como un bendito iluminado líder. Pero en realidad era un duro líder militar. Un Napoleon, un Alejandro Magno, un Rodrigo Díaz “El Cid”… Que difícil es llegar ha realizar una película a la altura de semejantes personajes históricos.