Una película conmovedora, pero también interesante e incluso divertida, que además sirve para tener un primer plano de cómo era la vida de los judíos durante el Holocausto nazi.
Anna Frank es brillantemente interpretada por la jovencísima pero talentada Ellie Kendrick (no se me abría ocurrido alguien mejor para representar este papel, dado que el parecido es asombroso), y Geoff Breton hace estupendamente de Peter, el hijo de los amigos de la familia Frank, con el que posteriormente tendrá un pequeño y sutil idilio adolescente (cabe a destacar la notable química de ambos). En cuanto a los demás personajes, me parece que cada uno representa su papel debidamente y poniendo todo el empeño y entusiasmo posible en ello, dando lugar a una película desgarradora, que nos ofrece una visión de las injusticias hacia los judíos en la Segunda Guerra Mundial, del cambio que supuso para miles de millones de personas, que se vieron obligadas a cambiar sus vidas normales para emigrar, esconderse (como en el caso de esta película) o, en el peor de los casos, ser conducidas a campos de concentración. El hecho de que Ana Frank estuviera prácticamente entrando en la adolescencia cuando se produjo este estallido, y que podamos leer y ver su historia contada por ella misma da aún más dramatismo a la historia.

En definitiva, es un filme entretenido, aunque si profundizamos un poco nos daremos cuenta de es muy trágico y doloroso, aunque probablemente lo más triste de todo sean las palabras que aparecen al final de la película: "Basado en hechos reales".