Admiro a Kenneth Branagh como cineasta pero debo reconocer que no entiendo demasiado bien la evolución que está teniendo en su carrera. Bueno, vamos a ver, evidentemente que se entiende: el hombre tiene que comer y ha decidido vender su talento al mejor postor. Allí donde pueden darle un cheque jugoso, pues el hombre se mete a hacer una palícula. Le salió más o menos bien en "Thor" y "La cenicienta", pero ya no tanto en "Jack Ryan", pero es que, por lo que parece, esta que nos ocupa se la traía al pairo.

¿Por qué digo esto? Porque la desidia y la desgana con la que está hecho este producto es realmente alarmante. De otra forma, no se explica que un best seller de ventas sobre las aventuras de un niño en el que se mezcla lo real y lo imaginario sea taaaaaaaaaan aburrida. Eso es lo peor que se puede decir. Al poco de empezar la película, uno ya está mirando ele reloj, importándole un mojón lo que les ocurra a los personajes que deambulan por la pantalla, que carecen del más mínimo interés y, por ello, no logran conseguir que se empatice con ellos.

Ya estoy un poco harto de estos productos que sólo buscan sacar los cuartos de adolescentes o púberes que han leído un libro que les ha gustado y los estudios hacen la primera mierda que se les ocurre para sacar cuartos. Luego buscan un nombre con algo de prestigio y para adelante. Es verdad que no pertenezco al target de este tipo de films, pero tampoco al de "Los juegos del hambre" y hay notables diferencias entre ellas. Pediría a los estudios que se lo currasen un poco más. Sería de agradecer.