He titulado de esta forma esta reseña por dos motivos: la primera porque en ella se trata a un personaje histórico, en un periodo histórico y un suceso histórico (qué tipo más listo que soy) y la segunda es porque se trata, seguramente, de la película más aburrida de Spielberg. Y eso también es histórico.
Spielberg ha hecho algunas películas aburridas, es verdad: me acuerdo, así, a bote pronto, de “Hook” o de “Amistad”, pero incluso esas tenían su punto. De un tipo que nos hace pasar un rato la mar de agradable con solo un coche, un camión y un tipo, se puede esperar de todo. Pero en esta ocasión ha pinchado en hueso. Le ha salido una película muuuuy aburrida. Bueno, a ver si me explico. La película tiene todo lo que hay que tener: los actores están muy bien todos, el suceso que narra es Histórico (con mayúsculas) debido a su importancia, la fotografía es genial, la ambientación perfecta y la banda sonora de John Williams, como todas las suyas, sublime. Entonces, ¿qué es lo que falla? Pues quizás lo que falla es que Spielberg se pone demasiado sublime para contarnos este episodio de la historia de EE.UU. y de su presidente más emblemático, es una película demasiado académica. Y a mí me gusta más Spielberg cuando se pone más juguetón, cuando su mayor pretensión es entretener y hacernos pasar un buen rato.
Pasar dos horas y media hablando de una enmienda, que si “pa arriba” que si “pa abajo”, es, por muy importante que sea (algo que no se duda ni por un instante), demasiado aburrido y se hace la película muy larga. Aunque hay que agradecer que el bueno de Spielberg nos cuente lo que todos sospechamos: que la política es un juego de favores en el que todos (o la gran mayoría) van a ver lo que sacan, la mayoría se sirven de ella y no sirven a los ciudadanos convirtiéndose en profesionales de la política sirviéndose del engaño y del chantaje para sacar las propuestas adelante, por muy justas y necesarias que sean.
Por último, se debe destacar el trabajo de ese portento que es Daniel Day Lewis, el de Tommy Lee Jones y Sally Field. James Spader está siguiendo el mismo camino que Val Kilmer (en el físico).