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Voto de Ford Farleine:
6
Acción. Thriller Driver es un tipo que ha tenido un mal día. Se había hecho con un botín de millones de dólares que le habrían proporcionado un retiro y unas vacaciones de verano memorables. Pero durante una persecución automovilística a toda velocidad con la policía de la frontera y un cuerpo sangrando en el asiento trasero, Driver vuelca el coche y lo estampa contra el muro fronterizo para terminar cabeza abajo en México. Capturado por las autoridades ... [+]
13 de abril de 2013
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Maldita la gracia que le hace a Mel Gibson Hollywood, podríamos pensar. Y en cierto modo es verdad. Casi toda su filmografía como director la ha realizado de forma independiente con su propia productora, lejos de los grandes estudios y de los núcleos de poder. Quizá esto le haya granjeado alguna enemistad. Como actor, sí ha participado más en producciones de envergadura aunque siempre ha sido a las órdenes de amigos suyos como Richard Donner, Ron Howard o George Miller. Siempre le ha gustado el riesgo. Y este es un claro ejemplo de ello.
Me recuerda a “Por un puñado de dólares” porque nos muestra la historia de un anti-héroe que va a la suya y, en este caso, se las tendrá que ingeniar en una cárcel de México para sobrevivir, jugando a dos bandas, intentando engañar tanto a los policías corruptos que lo han encerrado allí como a los jefazos de la prisión que irán también contra él. El gringo del título, interpretado por Mel Gibson, irá a la suya engañando a diestro y siniestro para salir airoso del envite. Digo lo de “por un puñado de dólares” por el personaje principal que está entre dos aguas, haciendo malabarismos para conseguir sus objetivos. Mel Gibson interpreta a un ladrón de poca monta que dará un golpe y que se verá obligado a cumplir condena en una cárcel de México. Allí conoce a un niño que es el protegido por el mayor capo de la cárcel porque es su donante de hígado. Con este argumento tan estrambótico, el director, se supone que bien aconsejado por su actor principal, firma un film enérgico, entretenido y violento, que nos hace olvidar la imagen de buen tipo que teníamos de Gibson por su filmografía (ya que en la vida actual no podemos decir lo mismo) porque hace un papel de cabrito mamonazo (no le habrá costado mucho meterse en el papel) aunque tiene su corazoncito. Un film que es pura diversión desacomplejada aunque retrata muy bien el clima de corrupción de México así como sus bajos fondos (vergüenza le tendría que dar a Robert Rodríguez que él cae en los tópicos más exasperantes sobre el asunto).
En definitiva, que Mel Gibson está purgando sus pecados con películas que no se estrenan, como esta, pero que son bastante simpáticas. Por mí, que siga así.
Ford Farleine
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