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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
2
Drama Luke (Ryan Gosling), un motorista que trabaja como especialista en un espectáculo viajando de una ciudad a otra, se reencuentra con una antigua y breve novia, Romina (Eva Mendes), y descubre que recientemente ella ha tenido un hijo de él, Jason. Decide entonces dejar la carretera, establecerse y trabajar de mecánico, intentar recuperar el cariño de Romina y poder cuidar de su hijo. Pero ante la falta de dinero Luke sólo ve una salida: ... [+]
6 de setiembre de 2013
25 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es inconcebible que haya películas que, al no pertenecer a ningún gran estudio, no puedan encontrar un hueco en la cartelera y otras, inmerecidamente, se estrenen. Todo esto se debe a una política errónea de distribución (o mafioseo) que, con el paso del tiempo, acabará destruyendo cualquier ápice de cultura, pasando el cine a ser una fábrica, no ya de sueños, sino de pesadillas, de pésimos telefilms incapaces de alimentar el alma. Y como ejemplo esta imbecilidad llamada “Cruce de caminos”, que parece ser que algún que otro crítico, sin tener ni idea de cine ni de lo que es perder el tiempo, la haya podido encontrar ni siquiera aceptable. Y que “Cruce de caminos” es un fallo brutal en muchos sentidos: desde una dirección funcional y nada creativa, a un guión ridículo en el que parecen que se integran casi tres largometrajes en uno, mal hilados, peor resueltos, resultando más largo que cualquier chiste- río que los que contaba el mítico Paco Gandía, y para colmo sin una gota de humor, a lo que hay que sumarle diálogos vergonzantes y con unas interpretaciones mediocres o, como en algunos casos, de juzgado de guardia como la de Eva Mendes o el ridículo, casi cameo, de Ray Liotta, por lo que de nuevo la figura del director de casting, como en muchas películas, es de alguien que cobra pero que su trabajo lo podía desempeñar cualquiera, al tratarse meros mercenarios con el poder suficiente para anular cualquier posibilidad de ver una buena actuación, al tener en cuenta solo nombres o bien de moda o de los enchufados de turno. En cuanto a maquillaje o peluquería ya merecen pelotón de fusilamiento, sobre todo porque, como la película se desarrolla a través de casi dos décadas, la ocurrencia de avejentar a Eva Mendes poniéndole dos mechas manchadas de tiza y un jersey con cremallera es digno del peor cine de cuarta. Quizás sea su banda sonora lo más curioso, sea por incluir temas conocidos o por ese intento de hacer casi música planeadora con aires de Mark Isham, dándole cierta ínfula a la película, como si fuera de “autor”, pero es sin duda una de las mediocridades más aburridas que he visto en mucho tiempo y que sinceramente espero se acuerden de ella para la próxima edición de los premios razzies. Sirve también esta bazofia como ejemplo de lo que es una película que no se sabe a qué público va dirigida, que si esto parece un thriller, un drama o chascarrillo de la abuela con el que, a su término, poder decir: “Ay qué ver, las casualidades de la vida…”. Y es que el guión entero, los grandes como Peckinpah o Lumet, lo hubieran podido resumir en boca de un agente corrupto en cinco minutos. Hubiéramos salido todos ganando.
Maggie Smee
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