Una peliculilla que inicia la carrera con altas aspiraciones y pretensiones y que poco a poco va involucionando hacia un producto cada vez más próximo a un telefilm de domingo por la tarde. Pretender tener éxito mostrando una historia contada desde varios puntos de vista y hacerlo con el añadido de viajar constantemente hacia delante y atrás en el tiempo es algo harto complicado y lo más normal, a menos que el guión, la dirección y el montaje sean muy buenos, es que la cinta se caiga tarde o temprano. Esa pretensión la salva brillantísimamente "Pulp Fiction", pero esto, amigos, no es "Pulp Fiction".

El planteamiento inicial es bueno, se presenta bien la historia y nos ponemos fácilmente en situación, logrando engancharnos en cierta medida a la pantalla, pero al mismo tiempo empezamos a tener demasiado pronto la sospecha de que el tren acabará descarrilando (y no al tren que menciona el título, precisamente). Y en efecto, eso es lo que ocurre. Tate Taylor se acaba enmarañando él solo en la telaraña que teje, se le nota incómodo con sus movimientos y notamos que le falta habilidad para salir de los embrollos que va creando, recurriendo a lo facilón en muchos momentos. Por eso, la peli se hace previsible y lo que pasa lo vemos venir minutos antes de que suceda.

No me convencen las actuaciones de ninguno de los actores. A lo sumo podemos llegar a salvar a Emily Blunt, pero su papel de eterna borracha amargada por su destino y por la cornamenta que lleva sobre su cabellera dan como resultado a una desagradable persona a quien parece no importarle meterse donde nadie le llama y tirar de las mantas que sea necesario para salvar su trasero y desquitarse de toda la basura que le come la moral día tras día. Indeseable personaje. El resto de personajes, planos como la pizarra en la que de niños nos hacían escribir 100 veces como castigo: "No volveré a hacer películas para las cuales no estoy capacitado".

El final es una soberana bobada típica de eso, de una peli de domingo por la tarde, de esas que suelen tener un final escrito por críos de 8 años. Y encima, me deja un regusto sospechoso a falso feminismo barato, donde los hombres son representados todos como una basura, tontos, primarios, violentos, depravados, asesinos, salidos y violadores, y las mujeres como unas auténticas heroínas, sean cuales sean las artimañas que utilicen para salirse con la suya.