Más ruido. Más persecuciones. Más acción. Aunque acrecentar todo lo que hace triunfar a un blockbuster en su continuación no es una fórmula que haya patentado Joel Silver. Ese honor le corresponde a James Cameron por los libretos de 'Aliens, El regreso' (1986) y 'Rambo, Acorralado 2' (1985). La adrenalina y las explosiones corren otra vez por cuenta de Richard Donner, con mayor manga ancha para tirar la casa por la ventana -o el cuarto de baño-, y Jeffrey Boam aprovechando para inflar de humor un argumento original de Shane Black, de forma que los gags irían creciendo progresivamente en los próximos capítulos y Joe Pesci se mostraría tan solvente para resultar gracioso como para interpretar a tipos neuróticos y violentos en otras interpretaciones 'más respetadas' de su carrera. Atención, por cierto, a un joven Dean Norris como un desgarbado y gañán agente de policía que podría encajar en la descripción de su personaje en 'Breaking Bad' con 15 años (y kilos) menos.
La química entre Gibson y Glover no sólo ha aumentado, sino que se convierte en la marca más reconocible de este producto desde el primer segundo, con Riggs y Murtaugh en una persecución por las calles de Los Angeles. La pareja de policías hará frente a otra poderosa organización criminal, llegada esta vez desde Sudáfrica, y de la que deberán proteger a Leo Getz (Joe Pesci), un estafador que está a punto de testificar contra ellos.
Como novedad en la saga, reaparece el romanticismo en la vida de Martin Riggs, cuajándolo con un par de secuencias erótico festivas por cortesía de la actriz y cantante inglesa Patsy Kensit, regalándonos un delicioso instante de despelote en la caravana del policía viudo y tarado.
'Arma Letal 2' (1989, Richard Donner) sigue pareciéndome la mejor entrega de la franquicia, y tal vez eso se deba porque a Mel Gibson le bastaron tres líneas de diálogo para describirla: Hemos vuelto. Somos malos. Tú eres negro y yo estoy loco.