Película sucia con un estilo diferente al que nos tiene acostumbrados Joel Schumacher que se sumerge en un mundo de pornografía y fetichismo moral y éticamente incorrecto. La película se balancea entre la investigación y la vendetta, siendo la primera parte la mejor de la película estableciendo una trama interesante y detectivesca con un papel que le viene que ni pintado a Nicolas Cage respaldado por un divertido (en contraste con la película) Joaquin Phoenix que cumple su papel con gran solvencia. La segunda parte no es más que un ajuste de cuentas más de los que pueblan el séptimo arte, aunque tampoco desmerecen en demasía las sensaciones iniciales del film.
Buena película de Schumacher que tiene sus puntos fuertes en estos thrillers, a pesar de que éste tenga características diferentes a su cine habitual, aconsejable sobre todo para los adoradores de Nicolas Cage.