No es nada fácil hacer la película que hizo Wes Craven allá por 1996, y es que Scream destaca por dos cosas. Primero, por revivir un género que estaba muerto y empezar una de las sagas más representativas de su estilo que puedes encontrar desde los 90 hasta la actualidad. Segundo, porque Wes Craven se saca una película homenaje a los grandes clásicos (sí, se homenajea a sí mismo también) que va más allá del simple homenaje. Con esto quiero decir que Scream es buena por sí sola, y de hecho los que disfrutan con ella la recuerdan por sí misma y no como el homenaje nostálgico que muchas veces se nos ofrece.

Los años empiezan a pasarle factura, sobre todo en la eficacia de sus sustos. El uso y abuso del clásico salto de butaca por actores que entran en el plano de manera inesperada acaba aburriendo. Sin embargo, el enmascarado sigue aportando las dosis suficientes para hacer de Scream una película definitoria del género. Miedo, lo que es miedo, no da, sobre todo después de haber visto tantas veces Scary Movie (para mucha gente Scream es casi una parodia de la misma), pero de alguna manera empezamos a verlo con los ojos que vemos a otros grandes del cine de terror. Y es que este nuevo antagonista guarda una peculiaridad: es humano, al contrario de sus compañeros de gremio, y eso lo hace más inquietante incluso, más cercano

Neve Campbell se estrena bastante mal, aunque luego me suena que remontara en las siguientes. David Arquette abusa de lo estúpido de su personaje y Courteney Cox está lo suficientemente odiable. Todos al son de un Wes Craven que no duda en asesinar a Drew Barrymore nada más comenzar la película. La niña entrañable de ET que reinó en nuestra infancia es asesinada por "el malo de Scream". Toda una declaración de intenciones en este Cluedo tan divertido que te hará preguntarte una y otra vez quién es el asesino (y que probablemente no acertarás) dentro de una clásica historia de tramas familiares y venganzas potenciales que valdría para un culebrón de media tarde.

Por mucha dosis de nostalgia que queramos meterle a Scream no hay que ocultar sus carencias. Las actuaciones son muy mejorables (como digo, sobre todo Neve Campbell), y muchas veces se queda en lo ridículo con esos personajes de instituto que están más cerca de los 30 que de los 20. Camisetas ajustadas, pezones marcados en primer plano y "adolescentes" hormonados cuya única inquietud es beber mucho y meter mano a todo lo que se mueva. Incluso eso se empieza a ver con más encanto a día de hoy.