La Música del Silencio es un biopic basado en la vida del cantante de ópera más influyente de todos los tiempos, en conjunto con Luciano Pavarotti. La historia comienza cuando Andrea nace con glaucoma e inevitablemente terminará perdiendo la vista en su totalidad. Sin embargo, el pequeño Amos Bardi (Andrea Bocelli) descubre la ‘salvación’ a través de la música, en el primer hospital en el que le operan, siendo aún un niño.

Amos, es un joven rebelde cuya prioridad es no atrasar su educación y ser como los demás niños, precisamente es por esto que corre varios peligros plasmados en el biopic; en los que un niño no repara, sin tener en cuenta la desventaja que corre en comparación con los demás. Parece ser que, movimiento que realiza, planes que se truncan, pero todo comienza a cambiar cuando su tío Giovanni (Ennio Fantastichini) inscribe al pequeño Amos en un concurso de canto en la Toscana.

Poco a poco, su vida irá cambiando gradualmente hasta convertirse en el gran tenor mundialmente conocido.

Sorprende especialmente la sensibilidad que produce el drama profundo de un niño que no se deja avasallar por su problema visual y la música que produce la salvación del mundo que conoce.

El relato se esquematiza con narraciones de Andrea Bocelli tal como lo conocemos, aunque se pierde en el segundo cuarto de la película y nunca vuelve, lo que me desconcierta, al parecer tener una estructura clara, y luego abandonarla.

La Música del Silencio sigue el esquema de barrera – anticipación – cumplimiento exitoso, por lo que, conociendo el éxito de Bocelli, deja poco a la imaginación.

Obviando la misma estructura del resto de biopics, lo que no significa que sea una mala película; pero sí que no existe sorpresa en el cumplimiento y el clímax finales.

Si te apasiona el mundo de la ópera y quieres conocer la admirable historia de superación de Andrea Bocelli, esta es tu película.

Escrito por Tatiana Gómez Llorente
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