Y es que el hachís está implícito en esta película, se empieza a consumir cuando le das al play, y emite su característico gas cargado de tetrahidrocannabinol y convence a todo el mundo de que es una buena película.

Ahora en serio, por favor. Habitantes de los 70, esta película está desfasada. Quizá eso no debería ser razón suficiente para calificarla de "floja" (un 3 en FilmAffinity), ya que he visto otras películas muchísimo más antiguas, aunque no tan perdidas en el tiempo, como Skin Game de Alfred Hitchcock, o 12 Angry Men de Sidney Lumet. Si os fijáis películas muy antiguas, pero realizadas con una temática tan pura, y con una sencillez, que representan sentimientos y reacciones humanas que están vigentes en cualquier época.

En su momento, el expreso de media noche cosechó grandes sumas en taquilla, ganó dos Oscars, el de mejor guión adaptado y el de la mejor banda sonora, y otro puñado más de nominaciones. A día de hoy esto parece fácil de entender si consideramos que muchas películas fueron un éxito en su momento por el escándalo que provocan en la época de su estreno, o por efecto de modas pasajeras.

Todavía a los dogmáticos defensores de esta película, puede parecerles que merece su preciado Oscar por el guión (a pesar de que es claramente lineal, aburrido, espeso, efectista, y cargado de violencia y sexo gratuito). Pero el guión, la esencia de la película, puede responder más a gustos, a amantes de guiones escandalosos, espesos y lineales, y cargados de diálogos penosamente pobres, ¿no?. Lo respeto, pues yo mismo amo los aburridos guiones de Sofía Coppola.

Pero cuando llega el tema de la banda sonora... El sonido de mis sesos manchados de pólvora estampados contra la pared tendría mejor afinidad con todo el filme, que cualquiera de las melodías electrónicas tan a la moda de la época que saltan aleatoriamente de escena en escena, de secuencia en secuencia. Y esta vez, sintiéndolo mucho, no respeto lo contrario.

He leído críticas que atañen los defectos de esta película a fallos de producción. No creo que ese sea el problema. Simplemente no es la mejor película de Alan Parker.

Si se cogiera una cámara de mano y se grabara el interior de una prisión turca descubriríamos una película mucho más veraz y realista. Descubriríamos que hay turcos buenos y turcos malos. Que hay americanos listos, y no solo un gilipollas que decidió que su primera vez en el tráfico de drogas debía ser con 2 Kilos y que seguramente pensó que los traficantes que se metían la mercancía en el recto eran sodomitas. Y descubriremos que no todo lo que lleva la etiqueta "basado en un hecho real" es sinónimo de fidedigno.

En cuanto a la puntuación de la película en esta página, creo que gran parte de la altísima valoración que recibió y aún conserva es por parte del impacto que causó en las personas que la vieron hace muchos años. Además de las innumerables críticas que la ensalzan y no explican por qué, o lo asocian a banalidades.