Qué maravilla más desconcertante, maravilloso ejercicio de narración, gran guión, complejidad estructural, mezcla constante de recursos narrativos sin complejos, interpretaciones perfectas, es un fantástico y extrañamente largo video-clip con una atmósfera hipnótica impropia del cine actual, que sin embargo atrapa.

Se asiste desconcertado ante la puesta en escena de los primeros 30 minutos en esa clase, en una exposición de los hechos inverosímil, que va cobrando sentido con el desarrollo de las historias personales de los chicos y las madres. Fantásticos personajes, los huecos se pasan por alto, lo difícil de asimilar se perdona porque está narrado todo con tan gran agilidad y personalidad que no se le puede reprochar nada. Estupefacto estoy.

Nunca pensé que la cámara lenta y el continuo flashback pudieran resultar en una narración cinematográfica que cuenta una historia como ésta. Qué difícil. Qué decir del hecho de cambiar todo con un final cuya frase tiene 3 palabras (se es libre de interpretar que se cambia o no, otra ventaja), qué espectáculo visual, qué giros, qué música, funcionando a la perfección a pesar de que por momentos creemos que es demasiado melosa, demasiado pop, pero es que el recurso del ¡pop!, maravilloso.

Violencia poética, poesía violenta. Complejidad, simplicidad. Increíbles esas madres, tremendo Nao, fantástico Shuya (imposible no recordar Death Note viendo esta película y sobre todo ese personaje, sentado exactamente en el mismo sitio en la clase que Yagami Light).

Tremenda. Se me ocurre definirla con el término: PULCRITUD. Aunque no sería descabellado decir de ella que es una obra de arte.