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Voto de Alvaro3:
2
7,0
4.201
Comedia. Drama. Romance
Nápoles, Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Filomena Marturano, una bella joven que está sola en el mundo, trabaja en un prostíbulo, pues no encuentra otra manera de ganarse la vida. Allí es donde conoce a Domenico Soriano, más conocido como Don Mimi, un acomodado burgués que la retira de la profesión y la lleva a vivir a su casa. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2011
16 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta película la hubiera perpetrado algún director español en los primeros tiempos de la transición/destape y hubiese tenido como interpretes principales a un Alfredo Landa y una Maria José Cantudo o Victoria Vera en vez del atildado Mastroianni y la abundante Loren, sin duda seria denostada y calificada con el habitual calificativo de “casposo” y desterrada a los espacios exteriores, es decir, a “Cine de barrio” ...
El complejo de inferioridad tan nuestro que tiene ancha tolerancia para complacerse con lo foráneo y vituperar lo propio debe explicar ese formidable 7,1 que recibe en FA un film perfectamente homologable a nuestro mas rancio (otro calificativo al uso) cine nacional de la época.
Y es que estamos ante una “italianada” en la que una Sophia Loren de “rubensianas” formas interpreta a una prostituta desde los 16 años hasta los 40. Mas bien lo “intenta” porque si bien la Loren está correcta cuando confiesa haber alcanzado ya los 40, resulta harto complicado creérsela en un papel de adolescente, cosa nada extraña pues la exuberante maciza frisaba en el año 1964 unas respetables 33 castañas. Hay una escena donde una improbable Loren adolescente de 16 años la sacan en alzas por la ventanilla de un autobús con lógicos apuros de los circundantes dada la entidad corpórea de la rubicunda señora.
La primera media hora es mala sin remisión, con un guión mediocre y alguna técnica cinematográfica probablemente ya antigua entonces (esos flashback con el acostumbrado zoom hacia el rostro del protagonista y los vetustos arpegios de arpa... ). A partir de la media hora parece que la cosa se torna interesante; vana ilusión pues el tinglado no consigue arrancar el vuelo por un Mastroianni paulatinamente histriónizado y por un guión que (salvo alguna escena interesante como la que transcurre en el despacho del abogado) es plano y pobre de ideas.
Para el "Cinema locale" de la RAI
El complejo de inferioridad tan nuestro que tiene ancha tolerancia para complacerse con lo foráneo y vituperar lo propio debe explicar ese formidable 7,1 que recibe en FA un film perfectamente homologable a nuestro mas rancio (otro calificativo al uso) cine nacional de la época.
Y es que estamos ante una “italianada” en la que una Sophia Loren de “rubensianas” formas interpreta a una prostituta desde los 16 años hasta los 40. Mas bien lo “intenta” porque si bien la Loren está correcta cuando confiesa haber alcanzado ya los 40, resulta harto complicado creérsela en un papel de adolescente, cosa nada extraña pues la exuberante maciza frisaba en el año 1964 unas respetables 33 castañas. Hay una escena donde una improbable Loren adolescente de 16 años la sacan en alzas por la ventanilla de un autobús con lógicos apuros de los circundantes dada la entidad corpórea de la rubicunda señora.
La primera media hora es mala sin remisión, con un guión mediocre y alguna técnica cinematográfica probablemente ya antigua entonces (esos flashback con el acostumbrado zoom hacia el rostro del protagonista y los vetustos arpegios de arpa... ). A partir de la media hora parece que la cosa se torna interesante; vana ilusión pues el tinglado no consigue arrancar el vuelo por un Mastroianni paulatinamente histriónizado y por un guión que (salvo alguna escena interesante como la que transcurre en el despacho del abogado) es plano y pobre de ideas.
Para el "Cinema locale" de la RAI
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Parece pobre la idea de que para que el espectador relaciones a los hijos de la Loren con los que habíamos visto siendo niños, se nos muestre ya talluditos devorando pastelillos con idéntica e infantil fruición con lo que lo hacían de pequeños. Tampoco está resuelto con verosimilitud cómo consigue la Loren ocultarle dos embarazos al tan sexualmente hiperactivo Mastroianni