Este documental nos narra parte de la triste historia a la que se ve sometida África. El relato no es nada que no hayamos visto antes sobre este continente, pero de vez en cuando vale la pena recordar en la miseria tan absoluta a la que se ve sometida la población de color. Digo la de color, porque esta claro que los que no se mueren de hambre y viven bien en África son todos aquellos que no pertenecen a aquella tierra.
Como siempre es la historia de nunca acabar, el tráfico de armas y ayuda humanitaria, contra el hambre y la sumisión de un pueblo que no sabe como salir del pozo en el que se encuentra.
Este documental nos plantea muchos puntos de vista, desde el que más poder tiene, hasta el del que más padece.
Casi dos horas que culminan en un crepuscular silencio, que pone los pelos de punta tanto o más que algunos de los testimonios del mismo.