La película puede que sea un pastelón bien dulce, ¿por qué? porque muestra comportamientos de una familia cristiana, liberal, blanca, rica, que no tiene miedo de acoger en su seno, en su casa y hacerlo un hijo suyo, a un joven gordo y grandote, afroamericano, sin familia, difícil de escolarizar, etc.

Es una buena película, pastelón o no, porque se sale de lo habitual que es violencia por violencia y toca otro aspecto de la realidad que también es verdadero y existe: esto es, que hay personas con consciencia de su cristianismo, misericordiosas, solidarias, y notablemente buenas que son capaces de hacer milagros que pocos tenemos la valentía de llevar a cabo, pendientes como estamos de tanto internet, televisión, críticas de cine y otras nimiedades por el estilo (toma nota Ocaña).