Siempre han existido matones y empollones, no solo en el colegio e instituto, incluso en el reino animal pero...¿qué pasaría si se encontrase un ser tan adorable como el cervatillo Bambi, después de superar de una vez por todas la muerte de su madre a manos de un cazador mientras él presenciaba dicho acto, con el malvado y perspicaz Godzilla?
Este es el núcleo del cortometraje de Marv Newland, que no se conformo con la dirección del mismo, sino que también produjo y se encargó de tareas como el vestuario.
La banda sonora es muy apropiada para la cinta debido a que te sumerge en la apasionante y alegre historia de Bambi, cesando la misma en el nudo de la trama, aportándole aun más carga emocional al corto.
Newland pretende reflejar a la sociedad en este documento audiovisual, mostrando a Bambi como una persona que vive tranquilamente sin prestar atención al entorno que le rodea, mientras que Godzilla, un abominable ser de tamaño descomunal, se acerca al cervatillo sin que éste pueda imaginar lo que le va a suceder. Curioso como en 1969, Marv pudo visualizar el futuro y representar la voracidad de una sociedad consumista que no se para a pensar en el devenir de cosas tan simples como pastar hierba en el campo. Un campo que será destruido para dar paso a residencias para peces gordos de la industria pesquera.
La obra de Newland me ha dejado patidifuso a la par que pluscuamperfecto. Sin duda, merece la pena visualizarla para así tener un punto de vista más amplio sobre el curso natural de la vida.