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España España · Barcelona
Voto de opera 0:
9
Drama En el Japón medieval, devastado por las guerras feudales, un vulgar ladrón es elegido para sustituir a un poderoso señor de la guerra, que acaba de morir. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2007
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una época de disputa por el poder central de Japón el clan Takeda avanza hacia Kioto para enfrentarse a Nobunaga, asediando a su paso un castillo enemigo. En ese asalto resulta herido de muerte Shingen,el jefe del clan. Antes de morir expresa su última voluntad: que el enemigo no se entere de su fallecimiento para que el clan pueda subsistir...

En Kagemusha, Kurosawa expresa diversas preocupaciones humanistas mientras narra la historia de un ladrón que, debido a su parecido físico, tiene que sustituir al señor de un clan: la dignidad y respetabilidad de los jefes militares, el sentimiento de vinculación a un clan, la inquietante belleza de la brutalidad, la valentía, el honor, las diferencias entre clases... Aunque el tema principal mostrado es el proceso de paulatina identificación de un ladrón con un señor feudal. Este tema sirve a Kurosawa para mostrarnos momentos de increíble intensidad dramática en los que a través del ladrón el espíritu del señor se manifieta de nuevo: el ladrón y Shingen parecen ser por momentos la misma persona. Se produce un claro paralelismo con la representación cinematográfica, una reflexión sobre la ficción, sobre las apariencias, sobre el engaño...

Kurosawa utiliza una paleta de colores variadísima para mostrarnos vestidos, guerras o paisajes, utiliza los movimientos de cámara de forma excelente ( momento en el que el doble se levanta después de la escena con las mujeres y se nos muestra mediante un movimiento de cámara ascendente la sombra que le persigue ) e infunde el ritmo adecuado para cada escena ( escena frenética inicial en la que un mensajero va a informar del corte de suministro del agua del castillo, escenas pausadas, solemnes en las que se el espíritu del señor aflora a través de su doble, elipsis constantes que dan por entendidos hechos intermedios y que dinamizan la narración...).

Kurosawa no ha empeorado desde la época de las inolvidables Trono de Sangre, Los siete samurais o Yojimbo ( su mano maestra para describir miles de subtemas y sensaciones con el paisaje como principal protagonista sigue presentre ), sino que su cine se va tornando más reflexivo, cada vez menos épico y mas intimista. Su cine no decae, se transforma.
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