Película sobrevalorada. Si no fuera por que se nota la dirección de Clint Eastwood, el presupuesto de Hollywood y unas actuaciones más que correctas, podría decirse que estamos ante un telefilm de sobremesa.

El Intercambio se asienta sobre una historia poco creíble, más apropiada para el programa "Cuarto Milenio" que para un relato medianamente serio. En concreto, se trata de una madre que pierde a su hijo, le devuelven otro, y pese a ciertas reticencias iniciales, lo acepta sabiendo que no es el suyo. Todo ello aderezado con el típico asesino (la viva reencarnación de Satanás), el típico juicio, y la típica moralina americana/sionista que nos huele un poco mal a los que no compartimos esos principios (la ley del talión, el que la hace la paga, el regocijo de colgar en la horca a los malos...)

Además de inverosímil, la historia se hace pesada por momentos, con bastantes altibajos y un ritmo muy lento, lo que no ayuda a adentrarse en lo ya de por sí surrealista de la narración.

En definitiva, a esta película le falta un buen guión, y suple esta carencia fundamental con el trabajo de grandes profesionales (dirección, interpretación, vestuario...) lo que no es ni mucho menos suficiente para elevarla a la categoría de obra maestra, como hacen algunos con todo lo que pasa por las manos de Eastwood. Ni siquiera destaca entre las grandes producciones de este año.

Aun así siempre se agradece disfrutar de buenas actuaciones como la de John Malkovich y de caras bonitas como la de la Jolie, que pese a no ser tan buena actriz como icono de la belleza, se puede decir que es de lo poquito que se salva de la película. Eso y la ambientación años 20 bastante lograda.

Ideal para ver un domingo lluvioso. Pero si no la ves tampoco pasa nada.