Hace unos días mantuve una conversación -quizá discusión- sobre cine. Mi oponente -si es que se le pudiera llamar así, porque en realidad nos une un gran parentesco- defendía el cine que un país determinado producía, yo lo atacaba.

... ¿Es Vd. capaz de visualizar e imaginar esa pequeña disputa, verdad? Supongo que también la habrá mantenido en alguna ocasión...

Afortunadamente, a pesar de que hay muy poca gente con la que se pueda debatir y con la que merezca la pena hacerlo, todo derivó en un punto de inflexión, de unión, con una pregunta. ¿Qué hace a una película ser buena o mala? Ambos admitimos, en un final, que no se puede contestar una pregunta así. El arte, el cine en este caso, necesita en su receptor, cierta sensibilidad. Una determinada obra a ojos de un "invidente", pasará completamente desapercibida mientras que a ojos de un "vidente" será genial. Así, todo es por fortuna -y también por desgracia- simplemente relativo. La insensible persona dará en su exposición el mismo número de razones y de igual validez que aquella sensible que logra ver la belleza de la obra.

Por otra parte, probablemente, el hecho de que Vd. esté ahí enfrente leyendo esta crítica totalmente aislada de los sin duda brillantes análisis en torno al 'Cisne negro' que hay en esta web le conviertan en una persona con la suficiente sensibilidad, me atrevería a decir, que la misma de la que adolece el cisne blanco y exhibe el negro.

No es una buena idea que lea Vd. una disertación mía en la que desgrane este film, simplemente, ya que está dotado con el adecuado receptor, disfrútelo.