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España España · madrid
Voto de East:
10
Drama Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar ... [+]
11 de mayo de 2009
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí la obra más profunda de la cada vez más flamante filmografía de Clint Eastwood. Construida sobre una aparente sencillez y sin pretensiones de ningún tipo más allá de las controvertidas lecturas que generó su impactante final (lecturas algo ajenas a su intrínseco devenir narrativo), la película se sumerge en las procelosas profundidades de la naturaleza humana. Y allí, sin pestañear, dirige una profunda mirada a la soledad, a la culpa, a las relaciones familiares, a la fatalidad del destino y en definitiva, a la vida y a la muerte. Temas estos, por otra parte, recurrentes en su compleja y heterogénea cinematografía pero que pocas veces ha plasmado en imágenes de una manera tan brillante y acertada.

En una entrevista Eastwood comentó que le gustaban la luz, la oscuridad y los claroscuros que se encuentran entre ellas. Pues la película parece una disertación sobre esta afirmación. Su fotografía está llena de luces y de sombras, con las que el director juega a su antojo, anticipándonos en algún caso lo que viene a continuación. Lo mismo que sus personajes, entrañables perdedores llenos de dignidad en su mayoría, pero con unas relaciones que también están llenas de alentadoras luces, de inevitables sombras. Sombras tenebrosas en algún caso, como la relación de nuestra heroína con su familia. Algo exagerada en su exposición según la opinión de muchos, pero que no se antoja tan lejos de una más que plausible realidad. O la del personaje de Eastwood con propia hija, cargada de oscuridad y de culpa.

De entre todos los personajes sobresale con luz propia el de Hilary Swank, que completa una portentosa interpretación. Pocas veces una sonrisa ha resumido tan nítidamente a un personaje. Y pocas sonrisas han trasmitido tanta determinación, tanto dolor y tanta esperanza al mismo tiempo. Tampoco le anda a la zaga el personaje de Morgan Freeman, un auténtico perdedor que, sin embargo, acepta su destino con la misma naturalidad con la que una mujer que se siente hermosa acepta un piropo:sin inmutarse. Ni el personaje del propio Eastwood, más estereotipado pero igualmente complejo y cuya interpretación está a la altura de sus geniales y escarizados compañeros. Personajes todos ellos que parecen más vivos, más reales que muchos de los que conocemos en nuestra vida cotidiana y, desde luego, personajes de los que se recuerdan, de los que calan.

En definitiva, CINE con mayúsculas, cine del bueno, fotograma a fotograma, del que trasmite muchas emociones (acentuadas por una música intimista y sencilla), del que se ve sin respirar, sin que el tiempo durante su proyección nos susurre, tedioso, al oído. Una historia muy bien contada, con unas imágenes que cautivan al espectador más exigente y brillantemente filmada por un Director que conoce su oficio como pocos y que, como muy pocos, sabe lo que cuenta. Una película memorable.
East
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