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España España · Barcelona
Voto de Borja C:
9
Fajr (C)
2017 Marruecos
Documental
5,4
93
Documental En el desierto de Marruecos la noche diluye las formas y el silencio se desliza por la arena. El amanecer comienza entonces a dibujar siluetas de dunas, mientras figuras inmóviles puntúan el paisaje. Desde la abstracción nocturna, la luz va poco a poco devolviendo al espacio su dimensión y al cuerpo su volumen. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando la imagen es convertida en poesía, la esencia misma del arte del cine sobrepasa este plano.

Cuando nos preguntamos qué es la belleza, una definición académica nos incita a creer que es "la cualidad de un algo que nos provoca un placer sensorial, intelectual o espiritual". Ese concepto de placer espiritual, desde mi punto de vista, no es nada acertado. El placer es lo contrario al espíritu, es un apetito. Algo que llena un vacío durante un rato y luego abandona el ser para dejarlo hueco de nuevo. En principio, todo lo contrario a lo que es a espiritualidad, con la que se puede alcanzar una Verdad y una felicidad que van más allá de cualquier escrito. 

Fajr, al igual que un pequeño segmento de obras cinematográficas, consigue proporcionarme ese estado de felicidad. Es bastante difícil saber el porqué exacto —y mucho más explicarlo— pero es algo que siento y reflexiono. Su duración de apenas diez minutos basta para causar en mi persona un sentimiento de arrullo, de ataraxia, que me deja sin aliento. Al admirar las tomas del desierto de Marruecos, dónde la noche se aclara de manera efímera, mientras unas figuras —entre humanas y celestiales — surgen y permanecen impávidas observando y siendo observadas, las dunas conforman un terreno sinuoso y suave. Desde la abstracción nocturna, la luz va poco a poco devolviendo al espacio su dimensión y al cuerpo su volumen. De la oscuridad surge la luz y, a su vez, de la quietud insondable y tácita surge el canto. Suena el "adhan" interpretado por Mishary Rashid Al-Afasy y la inmovilidad que reinaba sobre el paisaje, comienza a verse alterada por una radiación. Un difuminar que provoca la invisibilidad paulatina en los cuerpos que consiguen la trascendencia. Cambio de esencia, de plano y de realidad. Iluminación.

Fajr tiene un doble significado en árabe: designa al amanecer, y también al 'adhan' -cántico de llamada a la oración- que suena desde las mezquitas justo antes del amanecer. Estos cánticos irrumpen cinco veces al día en las poblaciones musulmanas. Voces que aparecen sobrevolando las kasbahs, los palmerales, las dunas... Como un recordatorio de que, más allá de la vida cotidiana, coexiste una espiritual. Cuando llegan las palabras del cántico, el ritmo de vida habitual adquiere otra densidad, penetramos en un modo distinto de experimentar el tiempo. Sin duda más introspectivo, un tiempo interior, y por eso más abierto y profundo. El cántico supone así una interrupción, un paréntesis en el fluir cotidiano, y una vez termina, el ritmo habitual se restituye.

El desierto en Fajr no es el desierto en Nietzsche. Aquí su simbolismo radica en su capacidad de transformar a uno en sí mismo, con su condensación, su tiempo suspendido y su carácter purificador. Provocando una sumersión en tu ser para luego salir y diluirte —literalmente— con el todo. Y poder romper la barrera que separa hoy en día, cuerpo y alma, persona y paisaje; lo orgánico de lo inorgánico y la luz de la sombra. 

Volver a un origen, a un punto de partida en nuestra Historia es algo que pocos cineastas hacen hoy en día. Lejos de intentar recrear los orígenes del cine —más técnicos que artísticos—, como hacen otros autores experimentales, Patiño y un puñado de directores intentan indagar en la propia esencia del mismo. Llegando, en contadas ocasiones, a ofrecer verdaderas experiencias de espíritu. Junto con Sleep Has Her House y Womb del jovencísimo Scott Barley, Fajr se convierte en una de las mejores visiones del pasado 2017. Una de esos films lacónicos que llegan a conmover sin necesidad de palabras, valiéndose de la imagen y el sonido, los elementos primarios del cine.

Más en: https://cinesinfin214878919.wordpress.com/2019/01/27/fajr/
Borja C
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