Haz click aquí para copiar la URL
España España · malaga
Voto de alcaide:
8
Comedia. Drama Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mexicano Alejandro González Iñárritu, conocido entre sus más allegados como "El Negro", es uno de esos realizadores tocados por la gracia de obtener un éxito de crítica casi instantáneo, pese a contar en su haber con un recorrido fílmico más bien escaso.

Su relación con el público ya es otra cosa, su extrema distancia, derivada de un estilo demasiado personal, con el que generalmente cuesta conectar, le convierten en un rara avis dentro del organigrama Hollywoodiense, una etiqueta que en parte, parece haber motivado el origen de este último film.

Quizá por eso, El Negro, que dada su procedencia, sabe que debe ofrecer un producto de superior calidad, que no solo iguale al de sus compañeros dentro del Olimpo cinematográfico, si no que también ofrezca una alternativa realmente talentosa, que sirva para algo más que para alcanzar un buen puñado de nominaciones en los diferentes certámenes anuales, ha debido sentir el aliento de la presión y la exigencia en bastantes ocasiones.

De esos barros nace "Birdman", o (la inesperada virtud de la ignorancia), un trabajo esplendoroso, que despliega sus alas con enorme contundencia, pleno de energía, como un grito de guerra desquiciado, que sabe encontrar su sitio en el terreno del entusiasmo con una habilidad pasmosa.

Un reparto de lujo, con Michael Keaton en estado de gracia, - que nadie olvide que fue Batman a principios de los 90 - dando vida a un personaje al límite de la cordura, expresando con admirable pasión y firmeza lo voluble que puede resultar la fama para para una estrella, sujeta a la sombra de un éxito pretérito que lo ha encasillado para los restos.

Completan Edward Norton, resucitado en su mejor versión, Emma Stone, cada vez mejor actriz, o Naomi Watts, a la que siempre es un placer disfrutar, todos ellos encuentran papales a su medida, bien dibujados por Iñárritu, un autor que siempre ha cuidado con mimo el carácter de esos roles secundarios en su obra.

Añadir lo brillante de la puesta en escena, salpicada de deslumbrantes planos secuencia sin cortes, a través de los interminables pasillos de un teatro de Broadway, intercalando más de una filigrana técnica, en un ejercicio de estilo brutal, de los mejores vistos en años.

La relación entre cine y teatro es el motor narrativo del film, sus personajes andan tras la adaptación de la novela "De que hablamos cuando hablamos de amor" de Raymond Carver, un caldo de cultivo perfecto sobre el que construir una serie de situaciones delirantes, tales como la escena en la que el protagonista se enfrenta al demonio de la crítica, en la forma de una editora del New York Times, y que resulta sencillamente memorable, en un argumento plagado de referencias culturales, algo que supone otro de los grandes hallazgos del film.

De los apartados técnicos, destacar la fotografía del también mexicano Emmanuel Lubezki, y la estridente pero adecuada composición de Antonio Sánchez, el batería encargado de expresar con sus notas musicales, toda la rabia y la locura de la cinta.

Finalmente, El Negro parece haber encontrado por fin un equilibrio convincente en su discurso, cierto que lo hace desde el caos más absoluto, pero sin duda, esto es preferible a visiones tan cáusticas como las de "Babel" o "21 gramos", buenos trabajos, pero que en el fondo dejaban una sensación de inestabilidad emocional demasiado cercanos a la pedantería.




> Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com <
alcaide
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow