25 de enero de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El paso del estado literario (cuento corto) al estado fílmico (largometraje) no le quitó muchos méritos a esta agradable fábula sobre los principios y la (post)modernidad. La película se disfruta por momentos y por otros se balancea peligrosamente cerca de los abismos de aquél viejo cine popular argentino, ese que lejos de pretender ser culto, quería convocar masivamente valiéndose de clichés y actuaciones vergonzantes. Por suerte el Director, el elenco y el guión no permiten que eso ocurra, aunque a veces coquetea con esos peligros. Lo mejor está en la pluma genial de ese duende rosarino que nos dejó: Roberto Fontanarrosa; y en el oficio de Luppi, Aleandro, Novoa, y el buen hacer de Echarri. Lo peor, mas allá de aquellos riesgosos bordes es... el poster!!! un espanto!!!!!
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