Sin duda estamos ante una cinta muy simpática que transmite un mensaje necesario y que nunca está de más. Encanto hace honor a su nombre mediante una protagonista adorable y unos personajes secundarios que no se quedan atrás en ese sentido. No obstante, la película no llega a ser tan genial como otras que el mismo estudio ha realizado recientemente (primera y segunda parte de Frozen, Zootrópolis, Vaiana).Y es que la historia del film da la sensación de quedarse algo corta. Parece que veremos otra emocionante aventura, pero dicha aventura resulta descafeinada y nada impresionante. Desde luego, no se calentaron el coco a la hora de escribir el guion...o al menos, yo tengo esa impresión. Es posible que la corta duración juegue en contra de la producción. Sin embargo, ¿desde cuándo los (mejores) filmes de Disney han necesitado durar más de una hora y media?, nunca, si no me equivoco. Así que lo que dura el visionado no debe ser un motivo para explicar la falta de argumento, para nada. Y lo cierto es que realmente es una lástima, ya que se trata de una propuesta que tenía potencial para ser (mucho) mejor de lo que ha sido. Y ojo porque brilla en varios aspectos, de los cuales vamos a hablar desde ya. La animación es extraordinaria: visualmente todo está muy muy bien recreado (las personas, los animales, los escenarios, etc...), se nota que la compañía sabe de sobra como hacer un producto del género animado en 3D. Luego tenemos las canciones, que son acertadas y pegadizas. Y por encima de todo lo demás está el mensaje que el metraje lanza. Un mensaje muy cierto y educativo que emociona al espectador (a mí, por lo menos, me ha emocionado) y enseña a los más pequeños. Y es que ninguna familia es perfecta y da igual, pues lo importante es que esté unida. Disney conserva su talento para tocar la fibra sensible, aunque no todas sus producciones sean inolvidables. Lo dicho, cinta con encanto (nunca mejor dicho en este caso), pero desaprovechada.