La única escena con un poco de gracia y originalidad la encontramos casi al principio de este aborto fílmico, y puede llegar a generar falsas esperanzas: pero la ilusión dura poco y la masturbación masiva con la que concluye, ya avisa que cualquier atisbo de humor con un mínimo de elegancia o finura, no pasó ni por un instante por la sesera de los ¿guionistas?.

Si te gustan los chistes de mariquitas, de tortilleras, de pichas y chuminos, y además sueles llamarlos tal que así, no lo dudes porque ésta es tu película.
Si eres como el 95% restante de la humanidad adulta, huye de ella como del vecino plasta que insiste una y otra vez en contarte, con pelos y señales, lo que suele hacer en la intimidad con sus ligues de fin de semana. Seguro que él ya la ha visto seis veces, y hasta ha dejado de usar desodorante y gel para comprarse el DVD con el dinero ahorrado.

Tan recomendable como explicarle a tu abuelita lo que es la coprofagia mientras merienda chocolate a la taza con melindros.