Así deben de andar los millones de fans que han elevado esta cinta al culto del romanticismo más soso y empalagoso, en una luna que mejor quede así oscura para que no nos influya a todos con sus rayos de imbecibilidad. No creo que el problema esté en la cinta, sino en los libros en que tiene su origen, por eso no voy a cebarme con los realizadores y protagonistas, solo puedo decir que dejando aparte la historia tan absurda que plantea (el mito de romeo y julieta con toques de bestialismo), solo las adolescentes que sueñan con chicos (pálidos o morenos) de cuerpos modelados y con bellos ojos (oscuros o claros), solo ellas pueden hacer realidad el éxito de ésta saga, que si bien en la primera parte, se salvaba la historia con muchas menos pretensiones y expectativas, en esta segunda parte las pretensiones (incluso de efectos especiales ¡!) han quedado rondando la ridiculez.
Solo me quedo con la escena de los príncipes vampiros y el corto papel de Dakota Fanning, lo único que podría llamar "cine" dignamente hablando, el resto estaria bien como telefilm de las tres y media para acunar la modorra de un almuerzo copioso, entonces sí que la película encontraria una razón de ser...