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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
2
Aventuras. Acción. Fantástico Secuela de la película fantástica "Cromwell, el rey de los bárbaros", dirigida en 1982 por el propio Albert Pyun. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pena hacer esta crítica. Nuestro añorado Albert Pyun nos dejó en noviembre del año pasado, tras una larga enfermedad. En su legado fílmico hay buenas y malas películas, pero todas con su sello personalísimo que hizo de sus películas un género propio. Pyun nos obsequió con aventuras de cyborgs variopintos, aunque, curiosamente, decía que no era un fanático del género. Y sin embargo, debutó con la mejor película de espada y brujería tras "Conan" de John Milius, la conocida en España por "Cromwell, rey de los bárbaros"(1982). En los créditos finales de este filme decían que la historia continuaría en "Tales of an ancient Empire". Veintiocho años después, llegó la secuela.

Y la secuela es horrorosa. Aunque existan varias versiones y un corte del director del que he visto 18 minutos, aparte de escenas sueltas y distintos créditos iniciales, esto no es la Zack Snyder Justice League. La película es mala y punto. Una pena viniendo de quién viene. Está hecha con cuatro duros, unos cromas paupérrimos, unos decorados minimalistas porque apenas hay, sin demasiados extras, CGIs tan básicos que parecen de videojuegos ochenteros, y un guión pésimo, plagado de tediosos e inacabables diálogos de besugo/besuga. No hay apenas escenas de acción. Aburridísima. La falta de medios hace que Pyun abuse de primeros planos, en los que vemos todos los granos de las actrices.

Un casting marca de la casa, con unas chicas guapas, esbeltas, jóvenes y que lucirán palmito con unos discretos desnudos. El problema es que lo que es actuar, pues como que no. Moverse sí. El protagonista masculino es un Kevin Sorbo venido a menos, pero que tiene tablas. Y el protagonista de "Cromwell, rey de los bárbaros" hará un breve cameo. Aunque el filme no tiene que ver nada con aquel. Nada.

Pyun tira de sus amigos, que aparecerán como cameos en las diferentes versiones del filme; así que la versión que yo vi no aparecían Olivier Gruner o Sasha Mitchell. Y creo que Michael Paré es el encapuchado, pero no porque lo vea, sino porque lo he visto en escenas de youtube.

En fin, un sinsentido. Cuando parece que empieza a vislumbrarse un guión, finaliza la película con la coletilla que anuncia una tercer parte titulada Red Moon que jamás se rodó, como casi todos los últimos proyectos de Albert Pyun. Quizás esté rodado, pero sin finalizar. Quién sabe si lo veremos. Pero si es como este filme, no esperen nada, pues nada tenía este filme. Una pena.
Quinto Sertorio
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