Deudora de "Los viajeros de la noche" (1987) esa joya de Kathryn Bigelow que nos mostraba unos vampiros nómadas que viajaban en furgoneta, sucios, ocultándose de la luz, por carreteras secundarias en el mundo rural y desértico de los USA, alimentándose de pobres incautos en ese viaje sin destino. "Vampiros de John Carpenter"(1998) le daba una vuelta de tuerca a ese concepto vital. Vampiros en el desierto, algo a todas luces incoherente. Pero, sin embargo, funciona. Si en esos lugares tenemos a los caníbales de "las colinas tienen ojos" y autoestopistas misteriosos-también es deudora de "Carretera al Infierno"(1986)- ¿Porqué no pueden habitarlo vampiros desatados?

La película sorprende. Podría ser el típico bodrio de niñatos metrosexuales de televisión, todos depiladitos y guapos. Pero no. Aquí tenemos gore, crueldad, suciedad, violencia sexual y violencia en general, golpes, disparos, desnudos, sangre, desmembramientos, atropellos, persecuciones, mutilaciones. El vampiro no te va a caer bien, ni sus compinches. Estos no son los de "Crepúsculo". Una historia que viene de muy antiguo. Quizás los protagonistas son demasiado jóvenes, quizás faltaría alguien más talludito, quién introduzca al espectador en la historia de estos bichos, pero, aún y así, la película no está nada mal. Varias noches de pesadilla y mucho más vulnerables que el protagonista de "Vampiros".

Debería estar algo más arriba en el escalafón de películas sobre chupasangres, la película lo vale.