Excesiva, barroca, soez, disparatada, surrealista y pantagruélica comedia negra sobre unos amigos que, una vez conseguido todo en la vida y aburridos de todo ya, deciden darse un atracón de comida, vino y putas hasta reventar literalmente. Las putas huyen de ellos cuando se dan cuenta de lo zumbaos que están, pero no hay problema, porque se suma al plan una maestra de escuela aparentemente modosa que resulta ser más perversa que todos ellos juntos, interpretada por una Andrea Ferreol que, valga la evidente metáfora, está para comérsela. Y que le da la réplica sin problemas a los cuatro grandes entre los grandes que encarnan a los cuatro amigos.

Y a partir de aquí, un atracón de sexo raro, excesos culinarios, chistes primarios, humor negro y situaciones extravagantes que pueden, según el ánimo y los gustos del espectador, constituir un delicioso banquete o un indigesto montón de porquería. Yo personalmente soy de los primeros, y lo único que no me acaba de convencer es el aspecto de los "manjares" con que se empipan los protagonistas (tanto puré y tanta nataza, tanta "gabachada", dicho sea con todo el cariño, me da de todo menos apetito), pero me parece divertida y sorprendente, y me convence como metáfora de la vacía opulencia de la sociedad capitalista.

En fin, o te gusta mucho o te da repelús.

Recomendable para glotones del humor surrealista y llambriones de la sátira con toneladas de mala leche.