Interesante documental que resulta engañoso, al pensar en un principio que trata sobre un defensor de la naturaleza en general y de los osos en particular, pero que realmente se centra en la personalidad del protagonista de las aventuras y desventuras del personaje en cuestión, Timothy Treadwell. El presunto naturalista, con el paso de los minutos, se va configurando o, mejor dicho, desfigurando, en un trastorno de personalidad narcisista que alcanza y supera niveles patológicos, supuestamente avivado por algunas decepciones a lo largo de su vida, que tampoco son nada del otro mundo, pero que parece que le afectaron a su orgullo de forma amplificada, teniendo en cuenta su mentalidad de base.

El protagonista absoluto de la función parece sentirse como un ser omnipotente ante los animales, a los que humaniza de forma desmesurada, como queriendo ser el dominador de su hábitat. Se muestra también como va evolucionando su perfeccionismo delante y detrás de la cámara, creando un personaje artificioso, de un histrionismo desbordante y con una visión distorsionada de la realidad. Terminó encontrando el previsible final que pedía su película.