Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Voto de Zúmer:
4
Thriller. Drama. Intriga En un instituto, el último día de clase, una profesora se despide de sus alumnos y, además de anunciarles que deja la escuela, les confiesa que su hija de cuatro años que, aparentemente, murió ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos estudiantes de esa misma clase. También les hace saber que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2011
22 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta creer (o quizá no tanto) que una película como Confessions fuese pre-candidata a los Óscars por la categoría de mejor película de habla no inglesa. También cuesta creer un poco que esto sea, supuestamente, lo mejor de toda la producción anual japonesa de cine (más de doscientas películas al año). Confessions forma parte de ese cine slow motion sobre lamentos y lamentaciones, ese lirismo empaquetado presuntamente profundo, aunque en este caso venga por la vía del thriller y del drama, afectado además de varias marcas de identificación muy japonesas.

Confessions es la historia de la vendetta (ley de Talión) de una profesora despojada de su hija. La película hace de su estética y de su plasticidad su mejor reclamo. Nos conduce por una sucesión de pequeños golpes de efecto servidos a ritmo de videoclip, con un magnetismo visual que no quiero negar pero que está absolutamente fiado al efectismo de la cámara lenta. Hay talento en el guión, en la planificación y en el montaje, pero todo está al servicio de un tratamiento que vive por y para el exceso (en la mejor tradición del anime de las últimas dos décadas).

La estructura de Confessions es habilidosa y se fragmenta en múltiples reflejos y visiones (con un crescendo hacia el momento bomba). Está organizada en diferentes bloques según las confesiones de los distintos personajes, pero hay que decir que, sin que esto sea un defecto, la anarquía y el fraccionamiento intencionados de puntos de vista, tramas y subtramas de la película hace testimonial la estructuración de la historia según estos bloques narrativos que mencionamos, y finalmente el relato escapa a cualquier ordenación posible.

La mayor virtud de Confessions es probablemente su reflexión sobre el bien y el mal, que casi todo el tiempo es valiosa. Disecciona sin simplismo las causas de las malas conductas humanas y es en este registro de diagnóstico ético-social donde la película alcanza mayores cotas de mérito (la mención a Crimen y Castigo es brillante). Pero estos hallazgos se pierden en el torrente de lo grotesco a la que la película se entrega, en una siniestra, retorcida y en ocasiones poco creíble carrera de máscaras y revelaciones para ver cuál de los personajes está más perjudicado y quién es capaz de cometer la mayor atrocidad. Tanta conmoción en la pantalla acaba por dejarnos el cuerpo frío y empezamos a trazar puentes, que tienen más que ver con el humor que con la intertextualidad, con películas como La Ola, La Clase o Kill Bill, y al final nos sentimos como esa palabra que repiten varias veces los personajes y que se adivina como uno de los mensajes-lemas que quiere lanzar el autor: ridículos.
Zúmer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow