Llegué al final de las novelas de la década de los noventa cuyo común denominador es la protagonista Thalia, su trama cuasicalcada con las tres Marías (Mercedes, Marimar y la del Barrio): se enamora de un rico que le prometía cielo y tierra pese a que sus suegros o parientes cercanos la aborrecían y le juraban la guerra, terminaba en la cárcel y/o manicomio, cambia su nombre y se dedica a otra actividad por lo que pasaba casi inadvertida a sus enemigos y se asustaban, y con el pasar del tiempo volvía a ser ella misma para poner todo en su lugar y recuperar su amor siendo felices para siempre.
Pues bien, con Rosalinda que es un refrito de María Teresa, Primavera y Rosangélica cuya creación es de la fallecida Delia Fiallo trata de una pareja Soledad Romero y Alfredo Altamirano que se enamoraron en secreto pero al ver a su hermano José Fernando la seduce y la lleva a una isla por lo que Alfredo lo persigue y lo mata pero Soledad le pide que la deje y se carga toda su culpa pagando cárcel y allí nació Rosalinda cediendo a su hermana Dolores para cuidarla. Al enfermarse y morirse le confiesa a su esposo Javier que uno de sus hijos: la antipática y trepadora Fedra, la cariñosa Lucy, el vividor Beto y la misma Rosalinda no era de ella. De ahí, Javier se deprime y se amarga por lo que Soledad buscando hospedaje trata de calmarlo y finge ser una tía lejana para ganar el cariño de su propia hija.
Ahora el turno es para el noble Fernando José que supuestamente era el hijo de la absorbente, manipuladora, arribista y malvada Valeria Altamirano que tiene un rencor con Soledad por haber matado a su marido y se entiende con su cómplice ingenua Bertha ama de llaves que también la detesta porque está enamorada de Alfredo y éste no la corresponde.
Una trama muy truculenta y bastante oculta puesto que la pudiente familia Altamirano tiene muchos secretos de muchos parientes que Valería no los quiere reconocer: Abril que la trata como su criada, el habitante de calle Milciades que era una aventura; y su hermana Verónica que la mandó al carajo, pero después se las cobra desenmascarándola (Más adelante, Fernando José sí era su verdadero hijo). Y ni qué decir de Fedra que deja a Anibal por pobre y prefiere a Fernando José tratando de borrar el recuerdo de la supuesta muerte de Rosalinda en un manicomio cuando no tenía a su hija en brazos - y que más adelante se rebautiza como Paloma Dorantes- todo por el status tratando de enamorarlo y ser feliz pero fue un fracaso.
Lo que sí me parece absurdo del punto de inflexión de Rosalinda es su nuevo nombre después de cambiar su nombre y se lanza al estrellato como cantante normalita y luego de cabaret por lo que le genera ampollas a quienes la conocen sobretodo los Altamirano. ¡Genios!
Rosalinda, entre amores y prejuicios que cargaba pero salía adelante empezando como florista trabajando para su abuelo Florentino y luego terminó de artista musical. Para rematar, se quedó con Fernando José cuando se enamoró desde el primer día.