Patria no es una moda. Patria es la única serie que me ha mantenido atento y con ganas de un capítulo nuevo cada semana, ¿por qué? Por cómo está montada y por cómo está contada. Narrada desde el corazón y la emoción, nos habla de las entrañas de dos familias enfrentadas por el conflicto político y social del País Vasco. Su montaje es todo un acierto, no usa los flashbacks gratuitamente, sino con el sentido de facilitar la comprensión (y no de entorpecerla, como tantas veces se hace). De hecho, se podría poner como ejemplo en escuelas de cine para explicar las razones del uso del flashback. Además de ser necesaria para todas aquellas personas que no saben siquiera lo que fue E.T.A. Pues aproximadamente una década después de su disolución, hay personas que ya no recuerdan nada. Por eso es un buen momento para que irrumpa "Patria". A veces, lo "ficticio" (aquí iría entre comillas), tiene más opciones de perdurar en la historia y en el imaginario colectivo, que lo real (lamentablemente). No hay subtramas poco interesantes, pues todas confluyen en un todo: nunca se pierde la perspectiva, hay una conexión entre las escenas más cotidianas y las más intensas. Es difícil conseguir hacer una serie así. Y se ha hecho en nuestro país.